Muchos se presentan como “médico”, “licenciado” o “ingeniero”. Pero esta sala repleta de variopintos personajes, si bien muchos tienen un título universitario, pareciera ser lo de menos. Ellos se presentan como “innovadores”. Estoy en el Challenge Cup 2017 organizado por HUB7 y Feicobol junto a una centena de asistentes a este evento, donde tras una ronda de exposiciones, el jurado selecciona a los mejores proyectos para una siguiente fase con el objetivo de concretar el financiamiento de los mismos. En eventos como este surgieron apps como AirBNB, Uber o Spotify

Las ideas son fascinantes: comprar tickets de bus por internet, chatbots financieros hasta plataformas de aprendizaje de tecnología para niños. Pero me detengo en una en particular: un sistema de courier en bicis eléctricas llamado Eco Delivery. Los reconozco claramente porque les hicimos una entrevista hace poco. En breve, un estudiante de Física decide participar en un concurso de autos impulsados con energía solar en Atacama. Primer intento: pierden. Segundo intento: ganan. El auto es un dispositivo que combina diferentes recursos: paneles solares, pedales de bici y baterías de litio que permiten cargar 200 Kgs y hasta 2 personas según el modelo. El costo aproximado es de 3.500 dólares. A partir de esta idea, dicha empresa también hace entregas de correo por la ciudad en bicicletas adaptadas para soportar carga y con impulso eléctrico. Es curioso que mientras dicho evento se lleva a cabo, el transporte público de la ciudad decide parar en repudio a la medida de restricción vehicular. Por tal situación, la contaminación de la ciudad ha bajado drásticamente en mediodía. Lo urgente no deja tiempo para lo importante. Lo urgente es inaugurar ciclovías, rotondas, y cortar cintas en el mes del departamento. Lo importante es reconfigurar el concepto de movilidad urbana de tal manera que permita equilibrar la huella de carbono con nuestras necesidades cotidianas. En breve, la calidad de vida de una ciudad se mide por su sistema de transporte. Más allá de la pequeñez mezquina que la politiquería de colores trae en este tema, no hay que perder de vista lo importante: vivimos en la ciudad más contaminada de Bolivia y el responsable directo es el transporte público, el cual es ineficiente, presta un mal servicio y tiene un trato especial por parte de las autoridades locales. Es momento que las instituciones que nos representan puedan ser asesoradas por científicos, innovadores, emprendedores que tienen en sus manos, nuevas y buenas ideas para darle sentido a nuestra razón de ser como ciudad. Aquí, el ejemplo de Eco Delivery, que bien podría servir para los sistemas de distribución de correo en la ciudad, y porqué no, en un futuro mediano, en un sistema de transporte ecosustentable y amigable con nuestras calles. Es momento de darle prioridad a lo importante.