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  • Diario Digital | martes, 23 de abril de 2024
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Neápolis, el descubrimiento de una ciudad romana sumergida en Túnez

Neápolis, el descubrimiento de una ciudad romana sumergida en Túnez

A principios de septiembre, los turistas apuran los últimos días de canícula en la playa de Nabeul, la más septentrional de la retahíla de ciudades turísticas de la costa tunecina. Gracias a un reciente descubrimiento arqueológico, sabemos que en estas mismas arenas tuvo lugar una terrible tragedia hace 1.652 años. Exactamente, el 21 de julio del año 365 un gran terremoto, probablemente seguido de un tsunami, destruyó parcialmente la ciudad de Neápolis, una de las más grandes urbes de la orilla sur del mar Mediterráneo. Hace unas semanas, un equipo de arqueólogos halló sus restos, sumergidos a unos 200 metros de la costa.


“Tenemos constancia de ese tsunami en las crónicas de Amiano Marcelino. Fue tan potente que destruyó varias ciudades del norte de África, e incluso se hizo sentir en Alejandría. Con este descubrimiento, podemos establecer un vínculo entre los relatos historiográficos de la época y los restos arqueológicos”, explica Mounir Fantar, jefe de la expedición surgida de la cooperación entre el Instituto Nacional del Patrimonio de Túnez y la Universidad de Sassari, en Cerdeña. La localización de la antigua ciudad sumergida no ha sido fácil, pues ha llevado siete años de trabajos.

“El asentamiento ocupa un área de más de 20 hectáreas, una dimensión enorme. En un primer momento, nuestro objetivo era localizar el puerto de Neápolis, pero hemos descubierto que una parte de la ciudad también se vio desplazada por el tsunami, y sumergida”, afirma Fantar. Gracias a las crónicas del historiador griego Tucídides, se sabe que ya en el año 413 a. C. esta era un importante centro de comercio para la civilización cartaginesa. Sin embargo, en la Tercera Guerra Púnica, según explica Amiano Marcelino, se alineó con Roma contra Cartago, lo que facilitó su conversión en una pujante ciudad romana. El tsunami redujo sus dimensiones, pero continuó siendo habitada durante el periodo bizantino, y hasta la llegada de la conquista árabe.

Las calles y monumentos hallados en las profundidades marinas atestiguan la prosperidad de la ciudad, derivada sobre todo de la comercialización del garo, una salsa hecha a partir de vísceras de pescado fermentadas que era muy apreciada en la Antigua Roma a causa de sus cualidades afrodisíacas. “Hemos encontrado unos 200 tanques de almacenaje de garo y de salazón, lo que significa que Neápolis era probablemente el mayor centro de producción de garo todo el Mediterráneo. De ahí su riqueza”, sostiene el arqueólogo tunecino. Después de la destrucción del puerto y parte de la infraestructura para su almacenaje, la producción de esta especie se trasladó parcialmente a otras ciudades situadas en la misma región.