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  • Diario Digital | martes, 23 de abril de 2024
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Juegos de guerra contra la violencia en Río de Janeiro

Juegos de guerra contra la violencia en Río de Janeiro

"War in Río " (Guerra en Río) fue el primero de una serie de juegos creados por el diseñador y profesor brasileño Fabio López para sacudir conciencias sobre el problema de la violencia que azota Río de Janeiro y que se cobra miles de vidas cada año.


"War in Río", explica López en una entrevista con Efe, nació como una emulación del popular juego "War" o "Risk", pero adaptado a la realidad carioca.

Los continentes fueron sustituidos por favelas, y los ejércitos del formato original son, en esta versión, comandos criminales, policía militar, milicias y el temido Bope (Batallón de Fuerzas Especiales).

El juego nació hace una década, en un contexto de aumento de la violencia en la ciudad, pero "lamentablemente no ha perdido vigencia", apunta López.

La controversia que levantó "War en Río" animó al diseñador a seguir con su estrategia para provocar una reflexión sobre la violencia y la impunidad, y en 2010 ideó "Bando Imobiliario", una versión del tradicional "Monopoli" adaptada a la mecánica de las milicias, como se conoce a las organizaciones paramilitares que actúan en las favelas.

En la versión carioca del Monopoli, la turística zona sur de Río es la más cara, los jugadores deben pagar sobornos, hay financiación ilegal destinada a las campañas electorales y los perdedores pueden terminar en "Bangú", una de las más conocidas cárceles del área metropolitana de la ciudad.

López llegó a crear su propia batalla naval, bajo el título de "Batalha na vala", un juego de palabras que se podría traducir como batalla entre fosas.

En esta particular guerra naval, el mar se sustituye por favelas y el fuego alcanza a policías, criminales e incluso víctimas civiles, como ocurre cada día en las comunidades que rodean Río.

Ninguna de estas propuestas tiene carácter comercial, sino que "son proyectos para intentar llamar a la reflexión sobre la tragedia cotidiana de Río de Janeiro", afirma en la entrevista con Efe.

Pese a que su primer juego utilizaba el término "War" (guerra), el diseñador se muestra reacio a calificar como una "guerra" el conflicto que vive Río.

"El término guerra puede ser utilizado como un intento retórico del Estado para justificar acciones militares o de restricción de libertades", lamenta.

"Si es una guerra no acontece en la ciudad entera, sino en las zonas más pobres, en las favelas. No es un combate contra la venta de droga como un todo, sino contra ciertos sectores de la sociedad", continúa.

"¿Quién es el enemigo en esta guerra? El pobre, que no tiene expectativas de futuro. Es una guerra contra una clase social, contra una parte de la ciudad" que, denuncia López, "es víctima de una desigualdad social sistemática".

Fabio López, que participó también en el equipo que creó el logotipo de los Juegos Olímpicos de Río 2016, admite que la situación que vive la ciudad ahora "provoca tristeza, pero casi no es una sorpresa. Es uno de lo peores escenarios que se barajaban después de las Olimpiadas".

No obstante, no se resigna y considera que la solución no está en la ocupación militar de las comunidades sino en "una invasión de servicios públicos, salud, saneamiento...".

Ahora, trabaja en un nuevo "juego" sobre las delaciones que han seguido a la Lava Jato, la investigación que ha destapado la monumental trama de corrupción de Petrobras y que salpica a buena parte de la clase política brasileña.

Y mientras lo termina, avanza en un proyecto comercial más amplio, un "Mini Río" en el que aspira a representar la realidad de la ciudad a través de cientos de pictogramas que incluyen, desde iglesias a animales, pasando por símbolos futbolísticos y favelas.

Una idea que fue premiada en la Bienal Iberoamericana de Diseño celebrada en Madrid el pasado octubre.

También en las próximas semanas, "War in Rio" se exhibirá en una cita internacional de diseño en Lisboa.

"Me gustaría mirar este proyecto como algo histórico, algo del pasado, que ya no tiene que ver con Río, pero desgraciadamente, la realidad no cambió", concluye.