Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 29 de marzo de 2024
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DIDASCALIA

Ecología

El domingo pasado todo el país tuvo la oportunidad de disfrutar del día del peatón y la bicicleta. En nuestras principales ciudades, familias enteras salieron a las calles para dar un paseo en bicicleta, disfrutar del aire puro, bailar, participar de espectáculos callejeros o simplemente caminar.

El tema central de esa jornada fue la ecología. Me parece importante recordar que el origen de esta palabra es el vocablo griego “oikos” que significa casa, por eso hoy en día se habla sobre el cuidado de la casa común, de nuestro planeta Tierra.

La ecología -dice el papa Francisco en su encíclica Laudato Si’-, estudia las relaciones entre los organismos vivientes y el ambiente donde se desarrollan. El aspecto fundamental de esta concepción es el de las relaciones. Dado que en el mundo todo está conectado, las relaciones que entablemos con cualquier organismo vivo, repercutirán sobre el resto.

Por esto, el día del peatón es una ocasión especial para volver a pensar cuánto contaminamos el aire en nuestras ciudades y de qué manera esta contaminación produce efectos negativos en la salud propia y de nuestros hijos.

Es también un momento particular para reflexionar acerca de la contaminación del agua, de la generación de residuos sólidos y de nuestra poca voluntad para manejar de manera más adecuada los residuos orgánicos.

En un día como el domingo pasado, hemos disfrutado del silencio y la quietud de la ciudad cuando despierta, aspecto poco común en ciudades que nunca duermen y que no cesan de generar ruidos motorizados. El silencio nos ayuda a escuchar mejor los sonidos de la naturaleza, a atender mejor al otro que nos habla de sus preocupaciones e ilusiones y nos permite escucharnos (mejor) a nosotros mismos. ¿Cuánto tiempo del día tenemos para entablar un diálogo sereno con nosotros mismos? Los expertos en neurociencia afirman que la meditación es una forma de generar un equilibrio emocional e intelectual, que si nos dedicásemos a revisar y planificar en silencio nuestras jornadas, los niveles de motivación y de capacidad de reacción ante lo imprevisto serían mayores.

Y es que la relación con uno mismo es la primera de las relaciones que deberíamos cuidar. Nuestra ecología interior debería ser la primera tarea por realizar. En este sentido, el cuidado de nuestra salud, cobra prioritaria importancia dado que se trata del cuidado de nuestro cuerpo sin el cual, dejamos de ser personas. Cuánta gente descuida su salud por otras ocupaciones que dependen de esta. En este punto, también debemos detenernos y pensar que el cuidado ecológico no puede pasar por alto la justicia social y los modelos de desarrollo. ¿Cuánta gente hay en nuestro país que no tiene acceso a los servicios de salud pública? ¿Cuánta gente tiene que resignarse a padecer enfermedades porque sus ingresos económicos no le permiten tratarlas?

El día del peatón nos permite encontrarnos con amigos en la calle y, sin prisas, dialogar entablando una relación de fraternidad. Nuestra relación con el otro, tan ser humano como yo, es fundamental para la generación de un equilibrio social, si entre personas nos preocupáramos un poco más por los demás, seguro que hoy en día no estuviéramos hablando de crisis medioambiental. Respetar el espacio del otro, su necesidad de silencio, de agua limpia, de aire limpio y de armonía, nos llevaría al siguiente nivel de vida. ¿Cuándo comenzamos?