Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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OJO DE  VIDRIO

Día del Peatón

Día del Peatón
En un libro dedicado a honrar el bicentenario de La Coronilla registré el nombre de la presidenta del Comité Cívico, la señora Amalia Ramírez, quien fue la artífice del Día del Peatón en Cochabamba. Hoy este día es una costumbre nacional y cobra vigencia en todas partes, con cero contaminación y un encuentro familiar, porque todas y todos, mujeres, varones, niñas y niños salen a caminar o a pedalear.

El Día del Peatón muestra que somos gente sencilla, que quiere calidad de vida antes que motorizados. Se dice, y es una exageración, que Cochabamba es la segunda ciudad más contaminada de América Latina después del DF mexicano. No creo que sea cierto. Viví en el DF y allá era más peligroso salir a hacer deporte que encerrarse a beber, cosa que pude comprobar por mis hijos intoxicados después de jugar fulbito los sábados por la mañana. Cuando el índice de contaminación era insoportable, los vendedores ambulantes dejaban refrescos y cintillos para vender máscaras antigás. Recuerdo que La Jornada sacó una portada memorable: era una pareja que se besaba levantando las máscaras que ambos usaban. No he visto en Cochabamba estos extremos.

El Día del Peatón ha cundido en el país y se celebra durante tres domingos por año, un número insuficiente porque deberíamos ver cuántos domingos podríamos abarcar prohibiendo el tránsito de vehículos. Hoy salir al campo es una aventura motorizada que hace difícil no solo la ida sino el retorno. Entiendo que sin motorizado no se puede salir al campo, pero habría que ver cuánto se alivia la contaminación decretando días del peatón los domingos.

Digo esto a despecho de algunos motoristas amargados, que han salido al paso del Día sin circulación vehicular este domingo y seguramente se encerraron en sus casas para rumiar su disgusto. Habría que ver cuántos son esos disgustados y cuántos los beneficiarios de esta iniciativa para que las autoridades decidan lo que quiere el pueblo boliviano. No por satisfacer a un par de amargados vamos a suspender un recurso tan importante.

Incluso en el DF mexicano, el Paseo de la Reforma, que transcurre algo así como de Sacaba a Sipe Sipe, es paseo peatonal los domingos, y allá salen los mexicanos a pasear o a manejar bicicletas. ¿Por qué no los imitamos? La solución ciclística como transporte y no solo como deporte está en nuestras manos. Es bueno destacar que las autoridades hayan aceptado estas iniciativas ciudadanas y que las amplíen en ciclovías que recorrerán de norte a sur nuestras ciudades principales.