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  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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El hueco que quedó en River Plate, rival de Wilster

El hueco que quedó en River Plate, rival de Wilster

Descontado el malhumor que promueve perder un Superclásico, el del sábado tuvo para River confirmaciones y novedades en clave dolor de cabeza. La confirmación transitó por el casillero de su carencia de profundidad y las novedades antipáticas atañen al arco propio. El blooper de Germán Lux fue de los que dan crédito a la desconfianza de quienes asociaban Guatemala con Guatepeor.
En realidad, Lux es un arquero competente que cumplirá e incluso más, y por ejemplo Javier Pinola jugará mejor de lo que ha jugado, pero acaso cuando eso suceda River no habrá dejado de afrontar el lastre estructural que ha provocado la salida de Lucas Alario, que dejó sin un número 9 natural a un club que hace pocos meses disponía de unos cuantos.
En ese sentido, ya que aludimos al plantel de River, todo análisis debe de partir de la siguiente salvedad: si Marcelo Gallardo estuviera atormentado, el 90 por ciento de los demás entrenadores debería suicidarse en masa. Pero he aquí que hasta donde sabemos el Muñeco no está atormentado ni pide gancho. Sabe, y lo dice cada vez que cuadra, que su gran desafío de la hora es convertir el menú disponible en un equipo tan bueno como para dar la talla y, por supuesto, sembrar y cosechar de lo lindo en la Libertadores.
Gallardo goza de tanta reputación de Gran DT como de tipo sobrevalorado. No sólo el 95 por ciento de los hinchas de Boca opina que está lejos de representar un estratega flor. Bien: con el agujero que le ha quedado arriba, amén de rogar por que Scocco no se resfríe y Borré sintonice, está obligado a un perfecto encastre de piezas en el motor del team (el mediocampo, ahí donde sí la variedad sonríe) y desde ese trampolín alumbrar el todo.
Hoy River no es el principal candidato a llevarse la Copa. Si se la quedara, los detractores del Muñeco deberán meter violín en bolsa.