No soy fan de Game of Thrones. Lo admito. Y asumo el bullying respectivo por decirlo públicamente. Los que me conocen en persona saben mis razones y este no es el espacio para mencionarlas. Al contrario, ahora que terminó esta última temporada, me permito algunas sugerencias para paliar los síntomas de abstinencia que puede dejar esta serie.

Debes asumir que tarde o temprano Netflix rondará por tu pantalla. El cable está en retirada. Ya no hay tiempo que perder saltando 208 canales que prometen entretenimiento o cultura, y a cambio tienes supervivencia desnudo en la selva, subastas de chatarra o alguna peli de Adam Sandler por 23094318 vez. Netflix ha logrado que dejes el control encima de la mesa y ni te atrevas a tocarlo durante una serie. Así que te dejo mi lista personal de sugerencias en esta plataforma:

Marco Polo: la fascinante historia de este viajero italiano que termina como consejero en la corte de Kublai Khan en Mongolia (nieto de Gengis Khan), una impresionante puesta en escena que describe que las mejores batallas no se libran en el, campo, sino en las cortes. Todo un tratado de estrategia política en dos temporadas.

Black Mirror: una serie que no es serie, cada capítulo es independiente y tiene su propia narrativa alrededor del eje digital, es una crítica descarnada a la posmodernidad líquida detrás de esa “pantalla negra” conectada a la red. Hay dos o tres capítulos que te dejarán en carta de ajuste.

Sherlock Holmes: El clásico de Arthur Conan Doyle revisitado con la mirada del siglo XXI y caracterizado por Benedict Cumberbatch, no deja ningún detalle al azar de tal modo que, el espectador queda totalmente atrapado con el misterio a resolver.

House of Cards: la multipremiada serie ya acumula varios trofeos Emmy’s en su haber. Es la historia descarnada de un político y su esposa en su candente ascenso hacia el poder en Estados Unidos. Las simetrías con el gobierno nacional, local además de los guiños a la historia son fascinantes. Es un curso intensivo de comunicación y análisis político en 5 temporadas. Pero también he marcado algunos documentales imprescindibles como Zetigeist, que ahora está disponible en Netflix; además de otras series históricas como The Tudors, Vikingos o conciertos en primer plano como The Wall junto a Roger Waters o una sesuda reflexión sobre el lado B de internet en Deep Weeb. Así que dale una oportunidad a Netflix y descubre el placer de ver grandes series cuando quieras, y no cada domingo a las 9 de la noche.