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  • Diario Digital | jueves, 25 de abril de 2024
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El hueco en la pared

El hueco en la pared
Al inicio del nuevo milenio, Sugata Mitra, profesor de la Universidad de New Castle, hizo un experimento en la India. En la población de Kalkaji, en Delhi, hizo un hueco en la pared e introdujo una computadora.

Los niños que pasaban por allí, se sintieron atraídos por el aparato y comenzaron a utilizarlo. En poco tiempo, aprendieron cómo funcionaba y qué podían hacer con él. Después de unos meses los niños habían aprendido nociones básicas de inglés, matemáticas y computación; además de navegación por internet, búsqueda de información y chatear.

Cada vez que alguno descubría o entendía algo nuevo, se lo enseñaba a los demás.

A partir de este experimento, el profesor Mitra llegó a la conclusión de que los seres humanos aprenden aquello que les interesa. Que para aprender es necesario dejar a las personas en libertad. Que los niños aprenden mejor cuando se encuentran entre chicos de su edad. Que el acceso ilimitado a la información propicia un espacio de mejor y mayor aprendizaje.

La reflexión sobre esta y otras experiencias similares en distintos lugares de la India, le llevó a entender que los niños se autoorganizan para aprender.

A partir de estas conclusiones, se comenzaron a realizar pruebas piloto en aulas de educación formal en distintos lugares del mundo. Con la idea de trasladar el hueco en la pared al aula, se ideó la siguiente trilogía: muchos niños, algunas computadoras y una gran pregunta.

En aulas con unos treinta estudiantes, colocaron algunas computadoras para que grupos de cuatro o cinco compartan una máquina. Luego, el profesor deberá plantear preguntas difíciles de googlear. Por ejemplo: Si la Tierra es redonda, ¿por qué los habitantes que están en la parte de abajo, no se caen al espacio?

Los niños entonces deberán comprender la pregunta, luego buscar la información, elegir la más relevante, comprobarla, interpretarla, analizarla, y elaborar sus propias respuestas.

El aula se convertirá en un espacio de trabajo, diálogo, debate y aprendizaje. Los niños, en vez de elaborar su respuesta de manera individual y no dejar que nadie se copie, tendrán que compartir la información y autoorganizarse para aprender.

En este contexto, el maestro cambiará su rol, de ser un transmisor de información pasará a ser un gestor del conocimiento. Para ello, deberá convertirse en un investigador y en un aprendiz de por vida. En algunos casos, las preguntas que planteará a sus estudiantes no las conocerá ni siquiera él mismo, lo cual le obligará a aprender.

Los descubrimientos que los estudiantes hacen al realizar este tipo de prácticas, les revela no solamente un mundo extraordinario por conocer, sino, sobre todo, unas posibilidades ilimitadas de crecer como personas y seres humanos.

Muchas veces, debido a situaciones sociales y económicas, algunos niños piensan que la conquista de los grandes sueños es privativa para un sector pudiente. Esta metodología desafía esas creencias e impulsa a los niños a alcanzar sus sueños.