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  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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Crecimiento bajo, proyecciones altas

Crecimiento bajo, proyecciones altas
La economía del país crece 3,34 por ciento al primer trimestre de 2017, el más bajo en los últimos siete años. Así reflejaron varios medios de comunicación luego de que el ministro de Economía y Finanzas Públicas, Mario Guillén, hiciera conocer los datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE).

Estas cifras avizoran que este año no será tan bueno como prevé el Gobierno, aunque el vicepresidente Álvaro García Linera asegura que “estamos esforzándonos para llegar a un 4,5 por ciento ... Estamos ajustando las clavijas para acelerar la inversión. No se puede asegurar, pero haremos todo el esfuerzo. El motor de la economía depende del Estado. No se olvide que el Estado controla el 40 por ciento de la economía de Bolivia, es la principal locomotora, tenemos cinco meses para acelerar la inversión en carreteras, en termoeléctricas e hidroeléctricas, en hospitales y en caminos, que son las principales áreas de inversión”.

Pese al optimismo de García Linera, las cifras parecen decir lo contrario. Los datos oficiales al primer trimestre establecen un 3,34 por ciento de crecimiento y un acumulado a 12 meses de solo un 3,8 por ciento .

Dicha cifra es todavía un tanto mayor a la proyectada por el Banco Mundial, que perfila un crecimiento para Bolivia de apenas 3,5 por ciento .

En tanto, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) estima que Bolivia tendrá un incremento del 4 por ciento . Similar porcentaje proyecta el Fondo Monetario Internacional (FMI).

“La recuperación de los precios de las materias primas apoyará el leve repunte de Colombia, Bolivia y Perú este año, mientras que Ecuador y sobre todo Venezuela continuarán en recesión”, informó EFE, hace unas semanas, con base en el reporte que redacta el organismo.

Las cifras, por donde se las vea, no son tan esperanzadoras. Solo basta observar las exportaciones.

La venta de productos bolivianos al mercado exterior entre enero y junio de este año, si bien presentan un ligero crecimiento (3.672 millones de dólares) respecto a similar periodo de 2016 (3.431 millones de dólares), no son tan altas como las registradas, por ejemplo, en el primer semestre de 2014, cuando se llegó a vender por una valor de 6.470 millones de dólares.

La caída del precio internacional del petróleo ha afectado notablemente a los ingresos del país. Sin embargo, el ministro Guillén asegura que los primeros días de agosto la demanda de Brasil subió a 27 y 28 (MMmcd), “estamos volviendo a la normalidad, lo que quiere decir que el segundo semestre vamos a tener mejoras en el tema de hidrocarburos”.

De cumplirse las expectativas del Gobierno, es probable que se pueda llegar al 4 por ciento , pero no así al 4,5 o 4,7 por ciento , como se propuso al inicio de este año.

La desaceleración económica comienza a sentirse, aunque el titular de Economía y Finanzas Públicas prefiere no hablar del tema.

Sin embargo, hay voces de bolivianos que ya dicen que lo que ganan no les alcanza como antes o que sus ventas no son similares a los años pasados.

Para evitar que las quejas sumen, urge dinamizar la economía y acelerar los planes que anunció el Gobierno, no solo para contar con mayores recursos sino para generar empleos.

De no ser así, los bolivianos también deben olvidarse de recibir este año el segundo aguinaldo, cuyo pago depende del crecimiento económico del Producto Interno Bruto.

Recordemos que el pago del segundo aguinaldo está condicionado al crecimiento de la economía en un 4,5 por ciento .

Por el momento, el Gobierno prefiere no tocar ese punto. “Ese es un tema que sería irresponsable que pueda pronosticar; hay que ver los números y esperar. El segundo aguinaldo es un tema muy sensible porque genera expectativas e incluso una expectativa de gasto”, dijo el ministro Guillén cuando fue consultado por los periodistas.

Por ahora solo resta esperar los datos del comportamiento económico del primer semestre de este año.