Dos hermanas de 19 y 13 años, miembros de una colonia de menonitas en Santa Cruz, denunciaron que su padre las violó y que nadie las defendió. La mayor de ellas contó que tuvo que soportar los vejámenes desde que era una niña de siete años, porque el agresor la amenazó de muerte si hablaba.

Recién, la joven se atrevió a denunciar a su padre, pero no halla justicia. El hombre sigue libre en una colonia de Cotoca. La víctima recurrió a la Casa de la Mujer para agilizar su proceso penal y allí denunció que el pasado 8 de agosto, su padre empezó a violar a su hermana menor de 13 años. Cuando la joven era una adolescente, los jerarcas de la colonia menonita donde vivían decidieron expulsarlo, no por las violaciones contra su hija, sino porque bebía demasiado y le acarreaba demasiadas deudas a su colonia. La familia tuvo que ir a refugiarse en otra colonia, en Cotoca. Allí, la joven decidió irse de su casa y un agricultor boliviano la ayudó dándole trabajo y llevándola a la Policía para que canalice su denuncia.

Ya presentó los exámenes físicos y psicológicos forenses, de ella y de su hermana, que confirman los abusos, pero las autoridades les exigen más pruebas. La asesora de la Casa de la Mujer Lesly Cedeño interpeló al Ministerio Público y pidió que intervenga de oficio para investigar este caso. La abogada afirmó que hay riesgo de que el agresor escape o sea escondido por su propia comunidad. “Las otras pruebas las vamos a producir durante el proceso, en este momento urge aprehender al agresor", resaltó. La Fiscalía emitió ayer la orden de aprehensión contra E. W. C.