Siete adolescentes mujeres denunciaron el sábado que el guardia de seguridad del mirador de la Catedral les había encerrado para efectuar toques impúdicos a una de ellas cuando visitaban ese lugar, en Santa Cruz. El guardia fue aprehendido, pero ayer lunes, el Arzobispado de Santa Cruz divulgó las imágenes grabadas por una de las cámaras de vigilancia del mirador, en las que se verifica la falsedad de la denuncia, pues el guardia jamás tuvo contacto físico con las menores de edad.

El guardia de seguridad fue denunciado a través de redes sociales y en un medio de comunicación de haber encerrado y manoseado a una de las jóvenes.

“El guardia sorprendió a dos de las jovencitas pintarrajeando las paredes del mirador y las reprendió verbalmente por el daño contra este bien público de la ciudad, protegido por ley como Patrimonio Municipal y Nacional. En ningún momento les priva de su libertad y tampoco tiene el mínimo contacto físico con ninguna de ellas”, señala el comunicado de prensa del Arzobispado, que fue acompañado de un video. Ahora, las adolescentes aseguran que el guardia no las tocó, pero les pidió dinero.