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  • Diario Digital | martes, 19 de marzo de 2024
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PREFERENCIAS

Locales de música popular son refugio de jóvenes migrantes

En Cochabamba existen más de siete locales de este género. Entre ellos resaltan Los Ex Duraznitos, Collasuyo, FilMaxim, Primavera, Mi Cholita I y II, Quinta los Molles y otros.
Locales de música popular son refugio de jóvenes migrantes


Es viernes por la noche, 22:30 para ser exacto, y en el interior del micro “Q”, con dirección de Cochabamba a Quillacollo, se oye "Chicas lindas", un hit de la agrupación “Sagrado” que el chofer reproduce a través de la radio, la melodía acompaña a los viajeros. Uno que otro coreaba la canción.

Cerca del kilómetro 4, de la avenida Blanco Galindo "Voy a bajar", anuncian al conductor. Tres mujeres de pollera de no más de 25 años, descienden frente al local de música popular "Disco Show Nanyeli".

En la puerta de ingreso, su entorno expone decenas de detalles como los pasacalles de color amarillo y verde chillón, anunciando a los grupos que se presentarían en las siguientes semanas. También, vehículos estacionados, entre modelos como “Ipsum” y los conocidos “surubís”, cuyos dueños, al parecer, se encuentran en el interior del local. Esas luces amarillas, más fuertes que el alumbrado público, llaman la atención de cualquiera que circula por la avenida. Un par de anticucheras forman parte del ambiente para deleitar el antojo de los jóvenes que entran y salen del lugar.

50 bolivianos es el ingreso. “El monto varía, depende del día y la agrupación que llega”, dice el guardia que custodia la puerta. “Lágrimas por amor”, una agrupación paceña de música popular, debuta esa noche. Sin regateos el público paga su entrada.

Este género musical proviene del Perú, tiene diferentes nombres, entre ellos destaca la “música Chicha”, pero “este género, en Bolivia es más conocido como ‘cumbia boliviana’, en los últimos años, ha sido adaptado a nuestra sonoridad y a los ritmos”, asegura el investigador y comunicador, Marcelo Guardia.

En el interior, cientos de jóvenes, en su mayoría migrantes de áreas rurales, corean canciones del grupo de turno. Ellos, lucen sus mejores prendas de vestir. Los varones presumen sus peinados extravagantes y sus camisas de colores llamativos; y las mujeres, polleras brillosas, pendientes en las orejas y anillos en las manos. El juego de luces, globos, serpentinas acompañan a quienes bailan en medio de la pista, que está frente al escenario.

“En Anzaldo (provincia de Cochabamba), de donde vengo, llegan grupos, pero ninguno es como la ciudad, hay más gente y yo la paso mejor”, dice Francisca, una asistente.

Estos eventos aglutinan a mucha gente. El dueño del local, Jorge Cavero, asegura que en algunas oportunidades, sobrepasa los 800 asistentes. “Sobre todo cuando llegan agrupaciones de La Paz y Perú”, agrega.

Por evento, cinco agrupaciones debutan en el escenario, todas tienen en común el ritmo y los instrumentos musicales que utilizan, pero todos, también difieren en el nombre de la identidad de la agrupación, vestimenta y coreografía.

Estos locales, ofrecen dos tipos de servicios. Desde las 15:00 horas, los platos como el pique macho, chicharrón, charque, forman parte del menú. A partir de las 19:30, solo se sirve refrescos y bebidas alcohólicas.

“Después del trabajo venimos con mis amigos. Esta es nuestra discoteca, nuestra fiesta, me siento muy bien aquí”, dice Gregorio, otro asistente.

Un ambiente similar se vive en los locales de música popular que existen en diferentes lugares de Cochabamba, desplegados en las avenidas Petrolera, Siglo XX, Villazón y Blanco Galindo.



DESDE LA CIENCIA El antropólogo José Rocha afirma que la mayoría de los asistentes a estos eventos son jóvenes migrantes de segunda generación, que traen consigo sus costumbres y lo adaptan a lo urbano.

“En el campo, las festividades, ferias, actividades, son aprovechados para ampliar el círculo de amistad y también, la búsqueda de cónyuge”, asegura.