Opinión Bolivia

  • Diario Digital | martes, 19 de marzo de 2024
  • Actualizado 00:37

Detectando amores peligrosos

Detectando amores peligrosos
Un noble criaba un leoncito en su casa: le tenía cariño porque atendía con ojos brillantes cuando le llamaba y se frotaba contra él cuando deseaba comer. Y, al crecer el animal descubrió su verdadera naturaleza, destrozó a su amo, su casa y todo lo que poseía. Esquilo

¿Por qué no me di cuenta, si era obvio que me hacía daño?, es una pregunta ajustable a un adicto a las drogas o al alcohol, aunque también lo es para una persona víctima de una relación amorosa destructiva. Quienes la rodean, advierten o denuncian la iniquidad del vínculo. Puede recibir maltratos infames, golpes e insultos, descalificación o humillaciones; a pesar de todo ha continuado con la relación. ¿Por qué no es posible darse cuenta de la deplorable situación?

Comencemos por el principio: la atracción. La búsqueda de pareja es una condición regida por la predisposición genética de nuestra especie. Hallamos interesante a aquella persona que nos asegura la continuidad de nuestros genes, identificada a través de las feromonas disipadas en el aire desde las segregaciones automáticas de olores corporales . Alguien es atractivo para las regiones subcorticales del cerebro, para ser más preciso sobre todo de la región ventro medial del hipotálamo . En conclusión no es necesario pensar para sentirnos atraídos por alguien.

Sin embargo, la atracción sexual no explica nuestra sociosexualidad restricta, esto es: nuestra tendencia a la fidelidad sexual. El enamoramiento se instala como consecuencia de la inhibición ejercida por regiones prefrontales, concretamente la zona orbitofrontal. La postergación del placer se logra debido a la predominancia de la ternura. Las relaciones amorosas forzosamente activan nuestro estilo de apego. Al enamorarnos volvemos a sentir la necesidad de protección, al vivenciarla queremos repetirla una y otra vez. Si bien es cierto la presencia de relaciones basadas únicamente en el erotismo, como ocurre con el prende y el sexo casual, no es de nuestro interés en el presente ensayo, al contrario interesa el enamoramiento y la postergación de los lazos románticos en parejas destructivas.

En fin, es la segregación de oxitocina responsable por la sensación de ternura y la dopamina por el condicionamiento adictivo del enamoramiento. Dicho de otra manera, estar enamorados es una alteración de la conciencia producida por cambios bioquímicos en nuestro organismo, concomitantes a la interpretación del cerebro acerca de la presencia de la persona atractiva (...)