Opinión Bolivia

  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
  • Actualizado 00:00

Tren metropolitano y rechazo transportista

Tren metropolitano y rechazo transportista
Después de casi dos años de anunciarse la construcción del tren metropolitano en Cochabamba, hoy, por fin se iniciarán las obras. Por lo menos así lo aseguró el ministro de Obras Públicas, Milton Claros, quien alista para esta noche una gran fiesta en la estación de trenes, ubicada en San Antonio.

Sin embargo, hay quienes dicen que el acto solo será simbólico porque el proyecto, que costará 447 millones de dólares, aún no cuenta con el diseño final.

Entre aquellos que dudan de su construcción, pero que desde ya lo rechazan, están los transportistas que aseguran que el funcionamiento del moderno tren afectará a su economía.

El rechazo era de esperarse, porque los transportistas tendrán como competencia a un servicio masivo, cuyo costo del pasaje seguramente será normado y controlado así como ocurre con el teleférico de La Paz.

Asimismo, tendrán como competencia a un medio de transporte que se espera no discrimine a los escolares y universitarios, quienes puedan subir con libertad en cualquiera de las 43 paradas que se establecerán.

Es bien sabido que, en la actualidad, los choferes del transporte público continúan evitando llevar a los escolares por el solo hecho que pagan 50 centavos, monto aparentemente insignificante comparado con 1.90 o 2 bolivianos que cobran a los adultos.

Desde ya, los choferes parecen pensar solo en su economía y no el beneficio que significará el hecho que los cochabambinos cuenten con un servicio de transporte moderno y masivo, que recorrerá desde Sipe Sipe hasta Sacaba.

En el pasado, hubo también rechazo al conocido teleférico que hoy es orgullo de los paceños y parte de la oferta turística de la Ciudad Maravilla.

Los choferes se oponían a la consolidación del teleférico que une a las ciudades de El Alto con La Paz, pero hoy conviven con él y continúan teniendo las rutas y los pasajeros que siempre tuvieron.

En ese sentido, no existe razón alguna para que en Cochabamba haya oposición.

Es más, tal vez la presencia del tren metropolitano obligue a los choferes a modernizar sus vehículos, a mantenerlos limpios y a ofrecer un mejor servicio que el actual.

Ojalá que el rechazo que hoy muestran al tren, que será financiado con recursos del Tesoro General de la Nación (TGN), no sea igual o peor al proyecto de Llajtabus que el alcalde José María Leyes proyecta implementar el próximo año.

Tanto el tren metropolitano como el denominado Llajtabus, sin duda, serán dos servicios de transporte masivo altamente beneficiosos para todos los cochabambinos.

Ojalá ese rechazo no sea motivo para demorar la ejecución de ambas obras que, por cierto, fueron parte de la oferta electoral. El tren metropolitano, por parte del gobernador Iván Canelas, y el Llajtabus, por el Alcalde.

Ambas autoridades pretenden cumplir con su oferta, aquella con la que conquistaron el voto de los cochabambinos en los comicios del 29 de marzo de 2015 y hoy son autoridades.

Hay que destacar que ambas autoridades, por lo menos, en el tema del tren y del Llajtabus, pretendan cumplir con su promesa y no suceda como el teleférico paceño, cuya concreción llevó más de cuatro décadas.

Datos históricos dan cuenta que en los años 70 en la gestión edil de Mario Mercado Vaca Guzmán un equipo de planificadores proyectó un teleférico que unía la Ceja del Alto con la zona de la Florida, 44 años después finalmente la obra fue una realidad.

Ahora bien, tanto la ejecución del tren metropolitano como la puesta en marcha del Llajtabus deben ser transparentes y de conocimiento de todos los cochabambinos.

Ambos son dos proyectos interesantes que deben ser no solo apoyados, sino fiscalizados por toda la ciudadanía, incluida las autoridades.