El hambre pudo más que el dinero
¿Cuánto vale un gol? Hoy aquel solitario gol de Gilbert Álvarez en el Capriles frente al todopoderoso Atlético Mineiro del mismísimo Robinho le vale a Wilstermann agrandar su historia y meterse entre los ocho mejores de América gracias a un luchado 1-1, rompiendo rachas adversas que arrastró durante décadas. Primero saliendo airoso en un grupo en el que aparecía como la Cenicienta; luego sorteando a su histórica "bestia negra" en duelos internacionales el uruguayo Peñarol; después rompiendo mitos frente a los brasileños como Palmeiras; y ahora, cumpliendo una máxima simple del fútbol que acompañó a los aviadores desde el inicio de esta Copa Libertadores: ganarlo todo jugando como local
Y es que una victoria en casa es tan importante, tanto en torneos cortos como largos ya sea en grupos o en llaves eliminatorias, que así se trate de un triunfo que luzca tan endeble e insuficiente como lo parecía aquel humilde 1-0 que Wilstermann se llevó en la maleta, junto a la fé en sí mismo y la confianza en las manos del meta Raúl Olivares hasta el Brasil, puede y pudo ser tan capitalizable como para derribar al más poderoso en su propio campo
Wilstermann cumplió y demostró que ganando como local hasta el más humilde entre los humildes puede crecer en cualquier cancha como desafía su tradicional cueca. Y aunque todavía no le alcanzó para lograr una inédita victoria en el país del fútbol, le sobró mucho en el campo para alcanzar uno de esos empates con sabor a victoria
Esta noche en el mundialista Mineirao, a Wilstermann le sobró el hambre de gloria y se empachó con un premio de clasificación bien merecido; y al Mineiro le sobró el dinero, le fallaron sus estrellas y le quedó muy grande su propia historia
Que cuánto vale aquel solitario gol de chilena en el Capriles? Por ahora, todo. Porque Esta noche, y quizás por una sola vez en este fútbol mercantilizado, armado y previsible, en Belo Horizonte, el hambre pudo más que el dinero.