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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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OJO DE  VIDRIO

Encomio del Mago Baptista

Encomio del Mago Baptista
Pronto hará 50 años que conozco a Mariano Baptista Gumucio, el Mago, y siempre lo vi en su oficio de publicista y biógrafo que en una carta, un artículo o una anécdota dice tanto como una investigación seria.

Como muestra, recuerdo ese “Querido Fierituy” con que el presidente Busch encabezaba las cartas que escribió a Carlos Montenegro; un dato que conozco gracias a la labor infatigable del Mago. Ya lo había conocido por mi hermano Enrique.

Bajo el gobierno de Wálter Guevara, el Mago me designó interventor del Instituto Boliviano de Cultura. Esto fue en agosto, y en octubre de ese año hicimos el primer festival de arte y cultura en El Prado, de La Paz, con la participación de 200 artistas que no cobraron ni un centavo y, por supuesto, el presidente Guevara inauguró el acto, que terminó en medio del regocijo general por la democracia recién abierta. Como ese, fueron cinco los festivales de cultura.

Recuerdo que iba con una idea al despacho del Mago y salía con cien, y todas realizables. Como director de Última Hora, el Mago publicó mi primer cuento y varias otras notas. De ese modo me dio el espaldarazo que necesitaba para continuar mi carrera como escritor.

Gracias al Mago conozco la vida de Tamayo, de Medinaceli, de Man Césped, de Guzmán y Céspedes, los dos Augustos, de Montenegro, de Busch y de tantos otros cuya correspondencia, artículos y anécdotas recogió en su oficina de El Prado, donde conservaba la máquina de escribir de Franz Tamayo. Y lo hizo con ese estilo suyo de publicista que pasa a segundo plano, de verdadero biógrafo que dice poco de sí para concentrarse en el personaje, a diferencia de los biógrafos del romanticismo, que brillaban ellos a costa de su biografiado.

Con su habitual sencillez, Mariano merece eso y mucho más. Me place ser su amigo todo este tiempo en el cual escribió monografías maravillosas de los nueve departamentos de Bolivia editadas por Kipus. Esto en medio de su vasta obra publicada.

Por esas y otras razones me alegra que el público paceño reconozca por fin su aporte a la cultura y la literatura bolivianas y que el Mago haya recibido un homenaje en la FIL con la puesta en escena de su libro de cartas, que integra la Biblioteca Boliviana del Bicentenario (BBB). Siento que no podían encarnar mejor los personajes como ese trío de excelentes actores: Percy Jiménez, Patty García y Carlos Ureña.