Opinión Bolivia

  • Diario Digital | martes, 23 de abril de 2024
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MIRADAS ANTROPOLÓGICAS

En la fiesta de San Roque...

En la fiesta de San Roque...
…en la tierra de los chunchos…Qué maravilloso es compartir con mis colegas antropólogos sus vivencias como cientistas sociales. Luis Daniel Vacaflores, chapaco, me escribe una carta y relata con soltura la celebración de San Roque: “Mi querida amiga, me pediste que te cuente sobre la fiesta grande de mi pueblo”.

La fiesta de San Roque en la ciudad de Tarija comienza el 16 de agosto, que es el día del Santo, y continúa el primer domingo de septiembre durante dos semanas. Hubo un tiempo, más de cien años atrás, donde no celebrábamos el día del santo. La fiesta era en septiembre. San Roque es un santo curador. Las promesas que se le hacen son casi exclusivamente un pedido de sanación para una enfermedad declarada incurable. Te sorprenderías de ver la cantidad de promesantes que le bailan y le hacen música en pago por esto. Uh… ¡si vieras los chunchos con sus paños y sus flechas! Los colores, los movimientos y los sonidos son meditativos. Creo que un bailarín chuncho oculto tras su velo y tras todo un día de baile entra en un estado de trance profundo en un anonimato masivo.

El significado social de esta fiesta es enorme. No por nada se la conoce como la “Fiesta Grande de Tarija”.

Enmarcada dentro de un calendario festivo característico de los Valles de Tarija (que no deja de tener profundas similitudes con el calendario andino), comparte la última parte de la época seca e inicio de la primavera con la Virgen de Chaguaya, su contraparte femenina al sur del Valle Central de Tarija, la dualidad masculina-femenina.

Esta es una fiesta cuyo pasado popular puede verse en las historias de las chicherías del barrio San Roque, donde nació la fiesta. La “calle ancha” de San Roque es la calle Cochabamba. Curioso, ¿no? Esta calle lleva este nombre por los migrantes cochabambinos que vivían en el barrio. Estas familias y estas chicherías financiaban esta fiesta popular despreciada por parte de la élite local. Eso fue antes de la llegada de los padres Carmelitas a mediados del siglo XX y de la prohibición total del consumo de bebidas alcohólicas durante la fiesta. Ahora estas historias son imágenes de un pasado lejano.

Como antropólogo ando buscando respuestas a preguntas elementales. ¿Quiénes son los chunchos y de dónde vienen? Aunque no me creas todavía hay grandes peleas sobre esto. ¿Eran leprosos? ¿Guerreros salvajes de las tierras bajas? ¿Soldados españoles? ¿Nacieron en Tarija? ¿O por el contrario son parte de una tradición cultural más amplia y con fuertes raíces prehispánicas? Este último parece ser el caso. En Anzaldo, a una hora y media de la ciudad de Cochabamba, hay bailarines chunchos muy similares a los chunchos tarijeños. En tu Llajta, nunca nadie me pudo dar razón sobre los chunchos de Anzaldo, como en la ciudad de La Paz, nadie me pudo dar razón sobre los chunchos aymaras del Titicaca. Es como si formaran un mundo aparte. Pero al mismo tiempo es la muestra viva de nuestras raíces culturales compartidas.

Espero alguna vez tenerte en Tarija para la Fiesta de San Roque y conversar mientras los chunchos bailan a nuestro alrededor, con el sonido de las cañas y las quenillas inundando el aire. Y espero que alguna vez me puedas llevar a conocer a los (para mí) míticos chunchos de Anzaldo. “Vaco”.