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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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Deudores de Rius

Deudores de Rius
Miles de latinoamericanos y ciudadanos de otras latitudes sentimos esta semana la muerte del gran caricaturista y escritor mexicano Eduardo del Río, conocido artísticamente como Rius, quien falleció el pasado martes a los 83 años en Tepoztlán, a causa del cáncer. Y es que, a falta de una adecuada política educativa de nuestros estados, seis décadas de trabajo y más de 100 libros, 400 historietas y miles de cartones del artista suplieron muchas veces los grandes vacíos de formación crítica que dejan las aulas de escuelas, colegios y universidades.

Del Río nació el 20 de junio de 1934 en Zamora, Michoacán, y era conocido por su sentido del humor, su sátira y su compromiso político. Es considerado uno de los decanos de la caricatura política y publicó en los 60 y 70 las historietas "Los Súpermachos" y "Los Agachados", donde criticaba en tono humorístico la situación política de México y el régimen del oficialista Partido Revolucionario Institucional (PRI). En esas revistas y en sus libros ilustrados con caricaturas, el autor acercó al gran público a numerosos temas, entre estos el socialismo, religión, sexo, música, fútbol, economía, filosofía, historia y ecología.

En diciembre del pasado año, el humorista recibió el primer reconocimiento de caricatura Gabriel Vargas, otorgado por la Secretaría de Cultura de Ciudad de México y el Museo del Estanquillo, por ser "un referente cultural en México". A lo largo de su carrera, Eduardo del Río se hizo con diversos galardones, como el Premio Nacional de Periodismo en Caricatura (1987) y La Catrina (2004), reconocimiento que se otorga en el marco del Encuentro Internacional de Caricatura e Historieta celebrado en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.

Rius fue fundador de revistas como El Chahuistle y El Chamuco y los Hijos del Averno, así como colaborador de los periódicos La Jornada, El Universal y de la revista Proceso. En 2010 ganó el Premio Nacional de Periodismo, pero esta vez en la categoría de Trayectoria Periodística. En entrevista con Efe en 2010, Rius indicó que numerosos personajes le habían "confesado" la influencia de su obra, entre ellos los comandantes sandinistas o el subcomandante zapatista Marcos.

Para recordar el legado de este gran creador, nuestro suplemento cultural Ramona mañana ofrece a sus lectores perfiles ampliados. En uno de ellos, la también notable escritora mexicana Elena Poniatowska lo recuerda así: “Ferozmente antiestadounidense, nunca visita Estados Unidos por más que lo inviten, para él los banqueros gringos son unos gordos repugnantes y si Nixon fue el monstruo de la Laguna Negra, Trump es el terror en persona. Rius mira espantado el triunfo del republicano y hoy, más que nunca, se enorgullece de ser mexicano y de haber nacido en el bellísimo estado de Michoacán, cuna de don Lázaro Cárdenas del Río. Todo lo que sé y sabré jamás de marxismo se lo debo al Marx para principiantes de Rius, aunque no sé si todavía siga creyendo en Marx. En su floreada casa de Cuernavaca –entre Micaela, su mujer, y Citlali, su hija– Rius sigue siendo el mismo de “Los Supermachos”, cada vez más rebelde, más lúcido, más entrañable y más indispensable en el proceso educativo y crítico de los mexicanos”.

En tiempos en los que no había televisión y menos internet, la obra de Rius fue indispensable para todos quienes querían tener nociones básicas sobre los más diversos aspectos del conocimiento humano, pero también, sobre todo, una postura crítica ante ellos. Este es el tipo de educación que nos hace falta. Qué importante sería que nuestras autoridades, fijándose también en la evolución técnica de la comunicación, promuevan este tipo de expresiones, pues en Bolivia existen también dibujantes de mucho talento, que sobreviven apenas con su trabajo.