Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
  • Actualizado 11:54

IVÁN CANELAS ADMITE QUE NO TIENE RECURSOS Y PIDE AYUDA A LAS ALCALDÍAS. SE PERDIERON CERCA DE 400 HECTÁREAS DE PAJONAL, MALEZA Y ÁRBOLES FORESTALES.

Gobernador anuncia que militarizará el Tunari

Gobernador anuncia que militarizará el Tunari



El olor a ceniza en la zona del incendio del Parque Nacional Tunari es penetrante y parece que todo el humo causado por el fuego del martes bajó a la ciudad. El escenario en la zona de Pacoya (jurisdicción de Cochabamba), donde comenzó el fuego que quemó cerca de 400 hectáreas de pajonal, pastizal y árboles forestales, es desolador. La serranía dejó su verdor y se tiñó de negro.

Se trata del noveno incendio del año que se extendió por Pacoya y las comunidades vecinas de Andrada y el extinto fundo Andrada. Su control demoró cerca de 13 horas en el que participaron bomberos, voluntarios y la intervención de dos helicópteros con el Bambi Bucket.

Tras el daño ambiental, el gobernador Iván Canelas anunció que unidades militares patrullarán la zona desde septiembre para evitar más incendios. Sin embargo, reconoció que no cuenta con recursos para hacer sostenible la permanencia de los soldados en el Parque y necesita ayuda de las alcaldías y del Gobierno.

Entre septiembre y octubre de 2016, hubo una experiencia similar, pero no funcionó, los efectivos controlaron el Tunari, en Sacaba, Cochabamba y Quillacollo. Sin embargo, se retiraron por falta de apoyo de la alcaldías, a excepción de Sacaba.

La viceministra de Medio Ambiente, Cynthia Silva, dijo que el Gobierno apoyaría la estrategia. Se necesita instalar campamentos y garantizar las alimentación, agua y transporte de los solados.

EL INCENDIO Desde Pacoya se observa toda la ciudad. Se la ve cubierta de contaminación. Es como una nube que la cubre en su totalidad.

Eliana Felipe vive en el lugar y recuerda que el día del incendio cerró herméticamente las puertas y ventanas de su casa para evitar el ingreso de humo a las habitaciones. Los resquicios los cubrió con ropa. Ayer, era una de las pacientes que aguardaba por atención médica.

El personal de Salud llegó a las zonas afectadas con brigadas móviles. Los funcionarios del Servicio Departamental de Salud (SEDES) se desplazaron por las casas ofreciendo barbijos a los lugareños. A los niños les colocaron los protectores.

Instalaron su vehículo donde midieron la presión de las personas y les tomaron los signos vitales.

Los médicos dijeron que los pobladores presentaban molestia en la garganta e irritación en los ojos, producto de la humareda que cubrió ayer el lugar. Se les entregó medicamentos, antibióticos, calmantes y colirios, entre otros.

Descartaron que haya pacientes con intoxicación, pero en caso de identificarse alguno, se lo derivaría a centros de segundo o tercer nivel.

A los efectos a la salud y a la contaminación atmosférica, se suma el daño a la flora y fauna del área protegida. El director del Parque Nacional Tunari, Carlos Espinoza, dijo que la principal especie forestal afectada es la kewiña y pinos y eucaliptos que fueron plantados recientemente.

En relación al daño a la fauna, dijo que aún no se realizó la evaluación, pero uno de los guardaparques informó que el principal daño es a las aves cuyos nidos se queman por las llamas. En el Tunari, existe cerca de 163 especies de pájaros.

Los animales más vulnerables al fuego son los que viven en las madrigueras como los cuy. En el lugar se registran 30 especies de mamíferos, dos de reptiles y dos de anfibios.

Viento

Los vecinos de las zonas afectadas contaron que contribuyeron a sofocar las llamas con ramas y trasladando agua hasta el lugar.

Apuntes

Zona

La reserva natural del Parque Nacional Tunari ocupa territorios que son parte de los municipios de Cochabamba, Quillacollo, Sacaba, Sipe Sipe, Tiquipaya, Vinto, Colcapirhua, Colomi, Villa Tunari, Tapacarí y Morochata. Conforme a los registros del Servicio Nacional de Áreas Protegidas (Sernap), tiene más de 80 mil habitantes en su interior. También es uno de los parques que presenta más recurrencia en incendios.

Control del Ejército

El Ejército comenzó, a finales de septiembre de 2016 los patrullajes en tres puntos de control en el Tunari, en Sacaba, Cochabamba y Quillacollo. Las autoridades castrenses advirtieron desde un principio que si no había recursos para quedarse, el personal se retiraría.

En la oportunidad, con el apoyo de carros, se logró que el recorrido en el control se cuadruplique, de 7 a 50 kilómetros.

Durante el tiempo de trabajo, las Fuerzas Armadas recibieron apoyo del Ministerio de Defensa. Pero era necesaria la intervención de las alcaldías.

Condición

La secretaria de Derechos de la Madre Tierra de la Gobernación, Soledad Delgadillo, manifestó que el retorno del Ejército para apoyar en la vigilancia del área natural es posible, siempre y cuando las municipalidades colaboren.

Decisión

El gobernador Iván Canelas dijo que el trabajo de los helicópteros con los Bambi Bucket puede ser activado en cualquier momento. Destacó el trabajo que demanda horas en la instalación de las bolsa y en la identificación de fuentes de agua cercanas al lugar del fuego. El Bambi Bucket es una bolsa que se conecta a un helicóptero, con el fin de que pueda trasladar agua para sofocar incendios desde el aire.

Sin embargo, su utilización tiene dificultades, como el impedimento de manejarlo cuando los vientos son fuertes o en las quebradas.

Voluntarios

El incendio fue controlado el martes con la participación de los Bomberos, de SAR Bolivia, SAR FAB, personal de la Unidad de Gestión de Riesgo de la Gobernación, de la Alcaldía de Cochabamba y de voluntarios que llegaron hasta los lugares del fuego por sus medios. La población respondió con aporte de agua y alimento para los brigadistas que sofocaron las llamas.