Yachayta apaykachaq. La Constitución señala: "El Estado y la sociedad tienen tuición plena sobre el sistema educativo que comprende la educación regular, la alternativa y especial, y la educación de formación profesional. El sistema educativo desarrolla sus procesos sobre la base de criterios de armonía y coordinación". Para cumplir con este precepto, la educación debe estar en manos de gestores, y no de viceministros ni directores.

El gestor en educación es el aquel maestro o educador con excelente formación profesional, especializado en metodologías, técnicas y procedimientos, con alta gerencia educativa, conocimiento en procesos de participación holística y una visión práctica ante los cambios globales que se registra en la educación.

¿Yachayta mayk’aqkamataq jinata apaykachanqanku? Paykunallapuni, ñawpaq kamachiqkunawan, políticos ñisqakunawan ima llamk´arqanku, kunan chakra qutuchakuy runakumawan llamk´asallankupuni, chayrayku mana kanchu sumaq apaykachay (¿Hasta cuándo la educación será administrada así? Ellos no más siempre trabajaron con las anteriores autoridades y con los políticos. Ahora se apegaron a los movimientos sociales y continúan trabajando, por eso no hay una buena gestión).

La educación está en manos de varias instituciones que trabajan totalmente separadas. No existe armonía ni coordinación entre las unidades educativas dependientes del Misterio de Educación y los institutos técnicos públicos, de convenio y privados; peor con las universidades públicas y privadas. Y así no se hace gestión educativa.

Muchos signaron su esperanza en el modelo socio comunitario productivo, para contar con una educación única, pública, universal, democrática, participativa, comunitaria, descolonizadora y de calidad. Pero el resultado es negativo, porque la educación que tenemos está diferenciada, discriminada, con enfoques educativos opuestos, comunitaria y productiva, y por competencias.

¿Imarayku jatun yachay wasikuna mana juch’uy yachay wasikunata yanaparinkuchu? ¿Por qué las universidades no apoyan a las escuelas y colegios?

En el imaginario colectivo, los colegios fiscales preparan bachilleres para las universidades públicas, pero esta relación lógica en los últimos años cambió. Ahora muchos colegios privados preparan bachilleres para las universidades públicas. Y las universidades, para cerrar las falencias en la educación secundaria fiscal, habilitan los cursos preuniversitarios. Esta realidad es señal de la pésima calidad educativa (…).