Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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De las cenizas, los héroes

De las cenizas, los héroes
Con estupor e impotencia, quienes habitamos esta ciudad vimos el martes caer una lluvia, no de agua sino de ceniza. Se trataba de los restos de los árboles y arbustos consumidos en el más reciente —porque lamentablemente ya se cuentan por decenas— incendio del Parque Tunari. El de esta semana, sin embargo, fue de los de mayor magnitud, a tal punto que la noticia llegó incluso al exterior, pues el fuego arrasó cerca de 400 hectáreas, lo que representa más del 5 por ciento de la zona boscosa, en teoría protegida por las leyes y el Estado.

La directora de la Secretaría de los Derechos de la Madre Tierra de la Gobernación, Soledad Delgadillo, dijo a Efe que el fuego fue controlado la madrugada de ayer, pero que se mantenían las brasas. Explicó que por la emergencia estaban supuestamente movilizadas las autoridades regionales, el Ejército y los lugareños para evitar que el incendio avance y llegue a una población cercana.

Recordemos que el Parque Tunari comprende un área de 300 mil hectáreas, en cuyo interior hay una zona boscosa con pinos y eucalipto, donde viven 30 especies de mamíferos y más de 100 tipos de aves. Delgadillo dijo que hay un "impacto muy fuerte" porque el siniestro no solo afectó al ecosistema, sino a la calidad del aire en la misma ciudad, ubicada a solo cinco kilómetros.

Cochabamba es propensa a graves problemas de contaminación ya que se encuentra en un valle rodeado por montañas que forman parte de un ramal de la Cordillera de los Andes, que frenan los flujos de aire, y en ella confluye la mayor cantidad de transporte pesado del país.

De acuerdo a datos oficiales proporcionados por la misma Gobernación, la región perdió 2.117 hectáreas de vegetación este año por incendios reportados en distintos municipios, entre ellos en el mismo Parque Tunari. El propio Gobierno reconoció que Cochabamba es una de las ciudades "más contaminadas de Sudamérica".

Ahora bien, a más de la en teoría movilización de instituciones y del reconocimiento de los daños, no vamos a ocupar este espacio para el sempiterno y estéril lamento por la escasa prevención y trabajo de las autoridades en bien del medioambiente, situación que ya ha llegado a lo intolerable. Suficiente con dejar en claro que Gobierno, Gobernación y Alcaldía tienen otras prioridades entre las que no está el cuidado de la misma vida, lo cual es muy grave.

Queremos abocarnos ahora a la celebración de lo mejor de la ciudadanía, como son los cientos de voluntarios de diferentes entidades que acudieron a ayudar. A ellos, a esos héroes anónimos del SAR Bolivia, SAR FAB, Bomberos, SEDES y de otras entidades privadas y públicas, Cochabamba les debe gratitud. Desde el mediodía del martes, comenzaron a circular por redes sociales miles de mensajes que pedían apoyo a los socorristas. Por supuesto, muy fácil y autocomplaciente es manipular el teléfono y copiar y pegar textos. Lo difícil es hacer efectiva la ayuda, donando alimentos, bebidas y equipos, o colaborando en tareas logísticas, a quienes están capacitados para entrar en acción.

De ese espíritu en verdad cívico ciudadano debiesen aprender no solo quienes nos gobiernan, sino también los llamados colectivos ambientalistas, cuya principal y única tarea parece ser opinar en Facebook o Twitter, muchas veces de manera desinformada, otras tantas tan solo al calor de prejuicios políticos de uno y otro lado.

Ante el abandono de nuestra región en temas medioambientales, ante la falta de planes integrales y de norte alguno en este aspecto, ojalá fuera desde estos espacios de voluntariado que en el futuro se conformen equipos de reflexión y acción, e incluso plataformas políticas que impulsen soluciones técnicas y viables, sin la contaminación partidaria de los que solo persiguen intereses mezquinos.