Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 25 de abril de 2024
  • Actualizado 00:06

COLECTIVO TELARTES

Enredar las políticas culturales

Enredar las políticas culturales
La necesidad de fortalecer las expresiones culturales es permanente. Vivimos en una Bolivia donde la cultura es una “amante” para el Estado, se la llama solo cuando se la necesita. Si bien nuestro país manifiesta y reconoce “todas” las identidades culturales, no todas son legítimas y reconocidas en sí. Es evidente que no se valoran ni reconocen las expresiones artísticas de todo el sector. Las secretarías de Cultura y el Ministerio de Culturas responden poco o nada al sector, funcionan más como instituciones generadoras de donaciones económicas para eventos, realización de festivales y actividades concretas, sin fortalecer lineamientos de trabajo, planes integrales o la proyección de futuro para el desarrollo de las expresiones culturales.

Ante esta ausencia de políticas culturales, el sector cultural promueve y desarrolla sus acciones al amparo de regulaciones, convenios y tratados internacionales, optando por buscar sus posibilidades desde el esfuerzo individual y colectivo, desafiando tiempo y espacios, motivado por su pasión y su compromiso social.

Es vital, para agilizar procesos de formación o de intercambio y circulación cultural, establecer convenios con nuestros pares culturales latinoamericanos. Se podrá fortalecer las redes y articulaciones a través de festivales, encuentros y plataformas de intercambio, y generación de circuitos culturales que ya son autoconvocados, reinventados y promovidos por la necesidad de articular el trabajo. Dichas movilizaciones se manifiestan por la construcción de espacios para la expresión de singularidades, como acto político, por lo que la manifestación, los encuentros y festivales promueven un intenso proceso de “artivismo” y activismo cultural, que nacen desde plataformas de articulación latinoamericana, conectadas, permanentemente en movimiento y reconceptualización.

Las políticas culturales son también las prácticas de articulaciones, encuentros y reencuentros para empoderar y entretejer de forma colaborativa las iniciativas, proyectos, propuestas, acciones que fortalezcan y consoliden un crecimiento individual y colectivo para el bien común. Desde el enfoque de red, se promueven estas articulaciones como tejido de sensibilidades, anudando sentires y saberes, generando intercambios y circuitos de circulación de conocimiento, herramientas de gestión, acciones estratégicas y colaborativas. Así se suscita el cuestionamiento de estructuras culturales patriarcales y conservadoras, a partir de distintos lenguajes artísticos.