Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
  • Actualizado 11:15

Ecologismo y política

Ecologismo y política
Desde los griegos, sabemos que toda acción —o incluso omisión— humana es inequívocamente política. “El hombre es un animal político”, señaló Aristóteles, abriendo el término a todo quehacer de las personas, y no solo reduciéndolo al partidario. En ese marco, si por ejemplo la cultura o el deporte tienen componentes políticos, mucho más lo tendrá el activismo ecologista y/o las voces que lo cuestionan.

Lo anterior viene a cuento del discurso del vicepresidente Álvaro García Linera, a propósito del 192 aniversario de la Independencia, al inaugurar la sesión de la Asamblea Legislativa, en Cobija. La autoridad criticó el "medioambientalismo colonial elitista" proveniente de las naciones del norte, afirmando que esa visión da un trato desigual a la problemática del medio ambiente en el mundo, y es "ciego" a la necesidad de desarrollo de las naciones pobres, reflejó la agencia EFE.

El Vicepresidente dijo que "los culpables del calentamiento global no sufren los efectos de la catástrofe ambiental", a diferencia de lo que ocurre con las naciones pobres que tienen menos responsabilidades, pero son las que más padecen por ese impacto. Dijo que, según datos de la ONU, Bolivia contribuye con un 0.1 por ciento de los gases de efecto invernadero, pero los árboles de nuestra zona amazónica capturan y limpian el 2 por ciento del dióxido de carbono mundial y, además, aportan el 2 por ciento del oxígeno del planeta. "Y encima las oligarquías extranjeras contaminantes del planeta nos exigen sacrificios para cuidar el medio ambiente que ellos destruyen".

Afirmó que, para ciertos empresarios y algunas organizaciones no gubernamentales, la naturaleza que debe protegerse no es toda, sino la que está en situación "salvaje", que excluye a los pobres, negros, campesinos, indios y latinos. Agregó que se trata de una "idea oligárquica de la naturaleza", que plantea proteger "santuarios puros, donde ir a pasar vacaciones sin tener que soportar las demandas sociales de los pobres". Explicó que el "ambientalismo colonizado" fomenta la "autoculpabilización ambiental" en las naciones pobres, apoya la financiación de la "degradación ambiental" para vender seguros sobre catástrofes naturales o "bonos de carbono" y respalda "el divorcio entre naturaleza y sociedad". "No hay nada más intensamente político que la naturaleza y el debate sobre el medio ambiente", sostuvo para revindicar la necesidad de un "ecologismo socialista" que incorpore "también las necesidades" del ser humano.

Las declaraciones del segundo Mandatario tienen como contexto que la Cámara de Diputados aprobó una ley que quita la "intangibilidad" al Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis), para permitir la construcción de una carretera a través de la reserva, que una los departamentos de Cochabamba y Beni.

La de García es una visión que compartimos parcialmente. Quién podría negarlo, son precisamente los países de Occidente lo que más contaminan y, paradójicamente, los que más reparos tienen en cumplir aun sus mismos protocolos para el cuidado de la naturaleza, a la vez que es desde allá de donde proviene la mayoría de las ONG que toman el tema como bandera. Ese es el caso, por ejemplo, de Estados Unidos, país que, pese a su alta responsabilidad, se niega ahora a respetar el Acuerdo de París. ¿Qué moral pueden tener esas naciones para juzgarnos?

No obstante, nos preguntamos también a qué se refiere el Vicepresidente con eso de “ecologismo socialista”, en un país que tiene como base ideológica, al menos en teoría, el respeto a la Madre Tierra. En ese marco, aunque, como señalamos, el ecologismo es una acción política, en el caso del Tipnis creemos que la discusión principal debería versar, antes que nada, sobre aspectos técnicos. ¿A quiénes beneficiará la vía? ¿Ellos están de acuerdo? ¿Cómo se podría evitar o, tal vez, compensar, el daño al medio ambiente? ¿Qué garantizará que no se potencien actividades ilícitas? De que las respuestas a tales interrogantes sean más razones que consignas dependerá que se tome la iniciativa política adecuada.