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  • Diario Digital | martes, 19 de marzo de 2024
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TIENE 25 AÑOS DANZANDO EN BUENOS AIRES Y HACE POCO COMENZÓ A DAR CLASES A NIÑOS Y JÓVENES.

Maxi, el tanguero boliviano que baila para los argentinos

Maxi, el tanguero boliviano que baila para los argentinos



El tango es todo en la vida de Maxi Morales, un cochabambino que a los cinco años migró a la Argentina junto a sus padres en busca de un mejor futuro.

Tres veces por semana Maxi deja sus actividades cotidianas y cambia su atuendo diario por una camisa, un terno, unos zapatos de charol y un sombrero, para hacer lo que más le apasiona, bailar tango.

Los argentinos y extranjeros lo pueden ver en el famoso Palacio Barolo, uno de los iconos turísticos de Buenos Aires, donde se expone la Divina Comedia de Dante.

Los lunes y miércoles el “Barra Tanguito”, como es conocido entre sus amigos, deleita al público con un espectáculo de dos horas.

Él y su pareja de baile cierran el tour que argentinos y extranjeros hacen en el lugar turístico.

Durante el día, y a veces durante la noche trabaja como guardia de seguridad del mismo lugar.

Los sábados se convierte en profesor de niños y adolescentes argentinos y bolivianos o hijos de bolivianos, que quieren aprender la milonga, el baile en el que el movimiento hábil de los pies y la conexión con la pareja es el elemento esencial.

Maxi quiere que como él muchos chicos aprendan desde pequeños el gusto por el baile.

25 AÑOS BAILANDO Un amor lo llevó a tocar las puertas del tango. Cuando apenas tenía diez años acompañaba a un compañero de la escuela a sus clases porque la chica que le gustaba también aprendía esta danza.

“Yo solo me sentaba y miraba, decía que el tango era para viejos, pero después de dos meses de observar las clases me animé a practicar por insistencia de la profesora. De ahí hasta ahora no solté más esta pasión”.

La profesora le puso como pareja de baile a la niña que le gustaba y Maxi le puso empeño a las clases. Asegura que al principio le daba vergüenza, pero en poco tiempo aprendió a dominar los pasos esenciales.

En la escuela, las profesoras y sus compañeros lo convencieron para participar en horas cívicas del colegio.

El boliviano que ya tiene 25 años bailando este género musical, participó del Mundial de Tango en 2011 y de otros concursos que se realizaron en la capital argentina.

Manifestó que el tango le abrió las puertas para todo en su vida. Pues por medio del baile conoció a mucha gente, hizo amigos y también trabajó.

“El tango es todo en mi vida”.

Aunque asegura que nunca dejará de bailar tango, Maxi, que ya es padre de una niña de cuatro años y tiene su pareja, decidió estudiar la carrera de técnico en electrocardiograma.

Por las mañanas estudia la carrera para poder darle un futuro mejor a su familia, pero asegura que pese a la profesión no dejará el tango.

Maxi nunca ha dejado de aprender el baile, asegura que en el tango hay una constante evolución del bailarín y la disciplina debe mejorarse cada día.

Por más complicado que se vea el baile para quienes no lo practican, el cochabambino dice que es solo cuestión de dedicación y tiempo.

10  Años 

El cochabambino comenzó sus primeros pasos en el tango a los 10 años, cuando acompañaba a su amigo a pasar clases y tras mucha resistencia terminó practicando el baile.

Su sueño es abrir una escuela en su casa 

Maxi Morales, el “Barra Tanguito” quiere llegar lejos con el tango.

Todo lo logrado hasta el momento fue por pasión, comenta, pero su sueño es construir una escuela de baile en su propia casa.

Actualmente dicta clases de 11:00 a 12:30 horas en un centro cerca a su barrio.

La gente ya lo conoce. Los bolivianos llevan a sus hijos y los argentinos también quieren aprender de él, pero asegura que necesita un espacio donde pueda dedicarle más tiempo al baile.

Recuerda que cuando era chico y llegó a la Argentina fue víctima de acoso escolar por ser boliviano.

Manifestó que sus compañeros lo insultaban y hasta lo golpeaban.

Menciona que como él, descubrió que muchos chicos, incluyendo su hermano menor, fueron discriminados por la misma razón.

“Me sentía discriminado y el baile me hizo olvidar lo que sufrí en este país”.

Por eso Maxi quiere devolverle todo el éxito que ha tenido en el baile a la gente que lo admira y lo aplaude.

Una de las mejores maneras de hacerlo es el tango y sostiene que cuando tenga las posibilidades así lo hará.