Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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“Cochabambeses” y planificación de imagen

“Cochabambeses” y planificación de imagen
Un recto abogado y gran docente universitario, como lo era el fallecido Ernesto Contreras, solía referirse a los cochabambinos como “cochabambeses”, en un tono harto despectivo que ofendía a los más pacatos, pero que generaba carcajadas entre los que saben que pocas actitudes hay más inteligentes que ser capaces reírnos de nosotros mismos.

Lo hacía siempre que recordaba alguno de nuestros comportamientos e idiosincrasias tan particulares; para graficar nuestra —supuesta— envidia, la constante transgresión de las normas, la escasa preocupación por la limpieza y el cuidado del medioambiente y, claro, nuestra casi nula idea de planificación. Por supuesto, tales males no son un dudoso patrimonio exclusivo de quienes somos ciudadanos de este valle.

Son extensibles a todo el país, pero en ese concierto tenemos un lugar destacado, sobre todo en cuanto a planificación se refiere. Y es que nuestra no siempre alta mentalidad suele alcanzar por lo general para ocuparnos solo de los árboles de las urgencias, sin ver el bosque de lo que es en verdad importante. Nuestro —corto— techo es el día a día. Pasa en todas nuestras entidades, en la deficiente gestión pública, en la incipiente empresa privada y, cómo no, en nuestro ámbito, el de los medios de comunicación tan obnubilados en la inmediatez antes que en la calidad de lo que ofrecemos al público.

Esta semana, precisamente los diarios, canales y radios informaron que un túnel con la forma de un cántaro será la nueva propuesta del municipio para la reinstalación del monumento del Sombrero de Chola, en la rotonda de las avenidas América y Melchor Urquidi (zona norte). La estructura fue retirada la noche del martes del lugar en el que permaneció durante tres décadas. El objetivo es elevar el monumento para que una ciclorruta pase por debajo. En principio, se había informado que el Sombrero de Chola sería elevado tres metros y estaría sostenido sobre cuatro pilares, pero una nueva disposición surgió al día siguiente para la implementación de un proyecto en teoría más atractivo. Difundidas las maquetas del proyecto, estas generaron las más ácidas críticas en las redes sociales, por parte de usuarios que no le veían estética ni funcionalidad al asunto, haciéndolo notar con hilarantes memes, aunque también con soeces adjetivos de descontento. Mucho más de lo anterior generó otra iniciativa municipal en curso, la de emplazar un reloj de flores en la rotonda de Cala Cala (también al norte), de un diámetro de cinco metros, obra que, remodelación de la plazuela incluida, costará 1.2 millones de bolivianos.

Ahora bien, a diferencia de buena parte de los críticos, pensamos que junto a aspectos como el medioambiente, la salud y la educación, el de la imagen de nuestra urbe es también vital. Descreemos del ya lugar común e irreflexivo cuestionante de “¿Por-qué-no-primero-un-hospital?”. Por ello, congratulamos que la Alcaldía se ocupe asimismo de cómo lucirá nuestra ciudad. Pero, nos preguntamos cuánto hace a nuestra identidad un sombrero elevado o un reloj gigante; cómo es que estas obras obedecen a una planificación que nos reditúe no solo una estética coherente, sino aspirar a, algún día, convertirnos en una región turística. Cabe, pues, la reflexión sobre qué es lo que nos caracteriza. Un —agudo— internauta señalaba por ejemplo: “A Cochabamba la representan el choclo, el chicharrón, alguna vez —antes de que los cochabambinos (…) lo pusieran al borde de la extinción— el molle, alguna otra vez (…) las jardineras floridas, el clima (en pretérito), el Tunari (cuando se lo puede ver y no te tapa el smog), etc. La verdad es que Cochabamba tuvo muchos íconos pero en mi (…) vida escuché que podría ser un ícono qhochala un (…) reloj”.

Se supo que recientemente nuestro Alcalde visitó varias ciudades de Colombia para tomar conocimiento de modelos de desarrollo, entre ellos en el ámbito turístico. Ojalá en esas reuniones haya tenido un buen asesoramiento, pues en ese país sí son ciertamente buenos para la planificación de su imagen.