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  • Diario Digital | viernes, 29 de marzo de 2024
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Urcupiña visita a sus padres y a su hijo en barrios del sur

Urcupiña visita a sus padres y a su hijo en barrios del sur


Por asfalto, empedrado, ripio y hasta en medio de polvo, la imagen peregrina de María de Urcupiña llegó, por primera vez, desde el municipio de Quillacollo hasta los barrios del sur de la ciudad de Cochabamba.

Vestida con tonos rosa y dorado y con velo blanco, la imagen que atrae a miles de católicos hizo ayer una primera parada en el sector de Jaihuayco, donde las imágenes de San Joaquín y Santa Ana hicieron como la representación del encuentro de los padres con su hija. Joaquín y Ana fueron los papás de María.

Sivingani, donde aún no llegó el asfalto y donde resalta un templo de vidrios de colores fue el punto más alejado. La imagen peregrina estuvo, ahí, cerca del Señor de la Divina Misericordia, nombre del templo, cuya imagen representa a su hijo, Jesús.

Como parte de las actividades religiosas en torno a la festividad de Urcupiña, que se celebra el 15 de agosto, la Iglesia organizó las visitas de la imagen que por primera vez llegó hasta esos barrios.

El vicario de la zona sur, Milton Claure, manifestó que el sur también es parte de la metrópoli cochabambina y “una porción del pueblo de Dios con muchas necesidades”.

El sacerdote hizo énfasis en la “necesidad espiritual y de comunión”, que se pudo experimentar con la visita a estos lugares.

“Ella es la que nos convoca y nos hace vivir este momento de fraternidad”.

En 2016, visitó el centro, cárceles y el hospital Viedma. Para hoy también está prevista su llegada al penal de El Abra y un centro de niños con discapacidad.

Para los feligreses, la presencia de la advocación mariana en su zona tuvo un realce importante. Durante la mañana estuvo en la parroquia de San Joaquín, donde le dieron la bienvenida también las autoridades locales.

En el templo María Auxiliadora de Loreto, personas mayores, jóvenes y niños aguardaron su llegada. Un grupo de jóvenes le ofreció la presentación de la danza de los potolos.

El recorrido continuó hacia Don Bosco y, de ahí, a Sivingani.

Los creyentes llevaron imágenes pequeñas de Urcupiña y cuadros con la Virgen María. La presencia de los vecinos y estudiantes de colegios se expuso como en el santuario del Calvario, en Quillacollo.

Una mujer pasó la ropa de su hija, que está delicada de salud, por el manto de Urcupiña. Otros entre lágrimas se dirigían con pedidos personales.

Herminia Andia, del barrio Don Bosco, dijo que le pidió salud, trabajo y en especial “bendiciones para su hijo”. Anunció que también irá a Quillacollo durante los días de fiesta.

La imagen, que recorrió las calles en camioneta, estuvo escoltada por policías. A su paso hubo quienes le echaron mixtura y pétalos de flores. Además se oyeron petardos y cohetillos, como celebración de la presencia de María.

Entre Don Bosco y Sivingani hubo alrededor de una hora de viaje a velocidad media en carros. Al pasar por Molle Molle, un grupo de vecinos quiso que la caravana desviará hacia su zona, pero no fue posible. Sin embargo, más allá, los vehículos se detuvieron porque decenas de niños del centro infantil Disneylandia, uniformados de verde, esperaban a Urcupiña. Ellos, algunos padres de familia y las maestras cruzaron una cancha de fútbol de tierra para acercarse y saludar con pañuelos y globos blancos.

Más al sur, ya en Sivingani, varios vecinos salieron de sus casas para acompañar a la imagen hasta el templo, donde fue recibida con mariachis, en medio de aplausos.

Ahí hubo una misa. En la tarde el recorrido continuó por la comuna Alejo Calatayud y la parroquia de Santa Vera Cruz, para seguir en peregrinación hasta la Universidad Mayor de San Simón y en la noche concluir en la Catedral Metropolitana en el centro de la ciudad.