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  • Diario Digital | viernes, 29 de marzo de 2024
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Contener la respiración

Contener la respiración
A inicios de este mes se realizó, en la Universidad Católica Boliviana San Pablo de Cochabamba, el II Congreso Científico Internacional de Gestión de la Calidad del Aire. Esta actividad académica no podía realizarse en mejor momento, pues la ciudad de Cochabamba atraviesa por sus peores condiciones en términos de la contaminación del aire que respiramos.

La mencionada actividad nos recordó la urgencia de que tomemos consciencia de que la mala calidad de nuestro aire no es solo la situación coyuntural agravada por la contaminación estacional, característica de la época invernal, a la que estamos acostumbrados y que supone que la dispersión de los contaminantes sea mucho más pobre en invierno, por lo que los niveles de contaminación suben al doble de lo que tenemos el resto del año; sino fue la constatación de que en la ciudad se va en incremento constante de las emisiones contaminantes del aire que respiramos, entre otras razones, por el crecimiento del parque automotor (se calcula que el mismo incrementa entre un 7 y un 10 por ciento anualmente), y esta realidad debe ser motivo de preocupación y ante todo de acción de toda la ciudadanía.

Entre las alternativas de solución o tal vez de contención, porque lo cierto es que no existe una única alternativa mágica, se han escuchado ideas diversas en el sector público, como por ejemplo los incentivos impositivos, es decir, el cobro diferenciado de impuestos a los propietarios de vehículos que generen menos contaminación, lo que algunos municipios de la región metropolitana están considerando. Pero no solo se trata de motivar al uso individual de transporte más amigable con el ambiente, sino también se requieren medidas concretas para solucionar e incentivar el transporte masivo, las que fueron anunciadas con “bombos y platillos” por la Gobernación y la Alcaldía, aunque pareciera que todo quedó en las ya acostumbradas promesas electorales que rápidamente se olvidan cuando se consigue el objetivo o las gestiones se ven fácilmente frenadas por los intereses particulares de algunos gremios.

En medio de todo ello también surgen las iniciativas ciudadanas que procuran trascender estas alternativas para generar propuestas más sostenibles, y se conforman movimientos ambientalistas que procuran impulsar la preservación de la vegetación en general y los árboles en particular, evitando la tala indiscriminada de los mismos, o aquellos que proponen medios alternativos y limpios de transporte como la bicicleta, razón por la cual vienen bregando hace ya tiempo sin mucho éxito para que se aprueben normativas específicas para tales fines.

Lo cierto es que la solución a tan crítica situación de la calidad del aire de nuestra ciudad no se alcanzará con iniciativas individuales y/o dispersas del sector público o de la ciudadanía. Todos tenemos el mismo problema y padeceremos en conjunto las consecuencias de nuestra inactividad y/o falta de coordinación. Por lo tanto, no podemos seguir viendo de palco, como simples espectadores conteniendo la respiración; aunque mientras no nos pongamos en acción, coordinemos y alcancemos acuerdos concretos para mejorar la calidad de nuestro aire, “contener la respiración” parecería ser una muy buena opción.