Opinión Bolivia

  • Diario Digital | martes, 19 de marzo de 2024
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De medios, canicas y coca

De medios, canicas y coca
Hay lecciones que el periodismo nacional, en el que, desde luego, nos incluimos, no aprende. Durante las protestas por el Tipnis del 2011, un diario de La Paz empañó su buena cobertura de los sucesos informando falsamente sobre un bebé muerto, sin verificar el deceso y basándose solo en rumores no confirmados. Seis años después, en una situación agravada por el uso sin criterio de WhatsApp y otras redes sociales, muchos medios cometieron (cometimos) un error similar.

Informamos de la muerte “por bala” de un hombre en un supuesto enfrentamiento en Colomi, en el que los policías procedieron a intervenir una protesta cocalera. No obstante, ayer se conoció que el impacto de una canica usada como proyectil fue la causa del fallecimiento del hombre de 27 años, cuyo cuerpo fue encontrado cerca de la zona donde se registraba la movilización. Lo anterior fue determinado mediante un examen realizado por el Instituto de Investigaciones Forenses (IDIF), explicó el fiscal departamental de Cochabamba, Óscar Vera, reflejó la agencia EFE. "La causa de la muerte es shock hipovolémico (hemorragia) con laceración pulmonar traqueal (corte), traumatismo torácico penetrante (herida en el pecho) por proyectil atípico (...). Se ha extraído una canica que sería la que le habría provocado la muerte".

El cuerpo del fallecido, identificado como Samuel Vallejos, fue hallado el martes escondido debajo de una calamina, a unos 300 metros del lugar donde se producían bloqueos. Vallejos no era un productor de coca, como los manifestantes que bloqueaban para pedir ampliación de sus plantaciones, sino que era un mecánico. Familiares y los mismos bloqueadores acusaron a la Policía de ser responsable de la muerte durante la operación de desbloqueo realizada la noche del martes. Varios medios no verificaron la denuncia y solo la reprodujeron, convirtiéndose así en difusores irresponsables de hechos no confirmados. La supuesta necesidad de informar antes en vez de mejor, mal profundizado por el uso esquizoide de redes sociales, hace que el periodismo nacional pierda credibilidad, convirtiéndose solo en otra fuente más de las muchas que hay en internet (tal como sucedió hace poco, para poner otro ejemplo, con el atraco frustrado en Santa Cruz). Este es un problema acerca del cual debería existir una reflexión colectiva.

Por otro lado, los cocaleros de Colomi bloqueaban para exigir una autorización para sembrar 700 hectáreas de coca en zonas consideradas no tradicionales para estos cultivos. La Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) presentó el miércoles un informe que señala que Bolivia tenía en 2016 unas 23.100 hectáreas, 14 por ciento más de lo reportado en 2015. Buena parte de este incremento de los cultivos con seguridad va a parar al narcotráfico, pues, si bien el Gobierno prometió industrialización de la hoja (reconocida por sus usos culturales, medicinales, nutricionales e industriales), esta quedó solo en anuncio.

La UNODC afirmó que Bolivia tiene desafíos para evitar el crecimiento de los cultivos, tras registrar un aumento de los mismos y, a la vez, una reducción de la erradicación de esas plantas, que tienen un alcaloide que sirve para la producción de cocaína. Su reporte ofrece datos no solo sobre el aumento en 14 por ciento de los cocales, sino de una disminución en 40 por ciento de la destrucción de los arbustos respecto a 2015, con lo que cambian las tendencias del quinquenio previo.

Ahora bien, así como los medios somos capaces de reconocer errores, el Gobierno debería hacer lo propio, más si se trata de prevenir una lacra social tan funesta como el narcotráfico. En ese marco, en primer lugar debería explicar cómo es que se ha retrocedido en las metas de erradicación, quiénes son los responsables y las sanciones que recibirán. Fuera de que está claro de que los cultivos excedentarios van a la producción de droga, lo que revelan estudios como el descrito hace mucho daño a la imagen del mismo Ejecutivo y del país en su conjunto.