El director del Hospital del Niño Manuel Ascencio Villarroel que gestionó las operaciones de cientos de niños, que estaban postergadas por más de tres años, renunció ayer a su cargo por razones que no quiso explicar.

El médico Uriel Ferrufino estuvo en el cargo por un año y 11 meses y dijo que el mayor logro de su gestión fue consolidar un equipo de 39 profesionales con subespecialidad médica, convirtiendo así al pediátrico en un hospital de referencia del país.

Dijo que en el área clínica se cuenta con neumólogos pediátricos, neurólogos infantiles, intensivistas, inmunoalergóloga, reumatólogos con experiencia en pediatría, infectólogos, oncólogos pediatras, cardiólogos, endocrinólogos, gastroenterólogos y nefrólogos pediatras. En la parte quirúrgica hay cirujanos pediatras, traumatólogos, ortopedistas infantiles, neurocirujanos, cirujanos plásticos, maxilofacial y especialistas en quemología.

Destacó el trabajo con su equipo, a pesar de las limitaciones en cuanto a infraestructura.

Ferrufino denunció que la falta de un segundo quirófano impedía las operaciones de más de 400 niños que aguardaban por una cirugía por años. Debido a la protesta, el hospital Univalle realizó nueve intervenciones quirúrgicas de los menores que figuraban en la lista. Además, el Servicio Departamental de Salud (SEDES) gestionó el uso temporal del quirófano del maternológico Germán Urquidi y designó a personal para las operaciones.

La exautoridad insistió en que su demanda debe ser escuchada, la construcción de un hospital del niño de tercer nivel para Cochabamba.