Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 25 de abril de 2024
  • Actualizado 00:06

¡Hola, Jorge Enrique!

¡Hola, Jorge Enrique!
Por si no me alcance el tiempo, te escribo estas líneas que las leerás en unos años, confiando que para entonces el panorama sea mejor, en tu feliz llegada al mundo, para formar parte de una nueva generación.

Te aseguro que eres muy bienvenido, como tienen que serlo todos los niños, con mucho amor, fe, ilusión, alegría y esperanza.

Cierto que no siempre es así. La realidad cotidiana es entre cruel y milagrosa, como la vida misma, pero siempre es mejor anteponer el optimismo sobre todo lo malo que existe en la tierra.

Coki, eres afortunado porque naciste en Cochabamba, centro de Bolivia y Sudamérica, con una mamá y un papá que te brindarán su amor infinito, unas hermanitas, Dhamar y Camila, que te servirán de guía, y una plantilla completa de abuelos que te mimarán mientras vivamos, tíos y amigos, todos celebramos tu nacimiento.

Como llajtamasi, elegirás entre Wilstermann y Aurora para jugar o ser fiel seguidor, u otro deporte que te agrade. Si quieres, simpatizarás con Barcelona o Real Madrid, Boca Juniors o River Plate, o con cualquiera en el planeta, pero no seas fanático, nunca odies a los adversarios ocasionales, respeta primero y respetarán tus opiniones deportivas, políticas o religiosas.

No fuimos consultados para ser concebidos, ni optamos lugar y familia donde nacemos, pero es valorable que, de cuatrillones de espermatozoides ídem, somos los premiados para gozar y sufrir, en la extraordinaria aventura de la vida, con luces y sombras, pero que siempre resulta un milagro incomparable.

Tendrás aciertos y errores, prioriza tu educación física y mental, cultívate, ámate y ama, no solo a tu familia, también a quienes te rodean. Sé tolerante, comprensivo, pero firme.

Rebélate ante las injusticias, conserva el equilibrio, ora en soledad, disfruta y comparte los momentos felices y ten fortaleza en la adversidad, lee todos los días, sorpréndete con la madre naturaleza, diviértete y encuentra las mejores amistades, no tengas temor de decir no cuando sea necesario, y sí para ayudar al necesitado.

Todos somos útiles en la vida. Cuando sea tiempo, escoge un oficio o profesión, con sentimiento y pasión, así disfrutarás diariamente lo que hagas. Y, fundamentalmente, recibe y agradece cada amanecer las bendiciones de nuestro Dios.