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  • Diario Digital | martes, 19 de marzo de 2024
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Señales de la consulta

Señales de la consulta
No dejan de extrañar los resultados de la reciente consulta llevada a cabo en varias regiones del país. La presidenta del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Katia Uriona, informó que, según un conteo rápido del referendo realizado el pasado domingo en 14 entidades territoriales del país, la población de 8 municipios votó por el Sí a la aplicación de su autonomía y 6 optaron por el No a ese proceso, una tendencia que luego se confirmó. La autoridad calificó la jornada electoral de "positiva" por la participación ciudadana, que alcanzó el 71 por ciento , informó OPINIÓN.

En Cochabamba, de acuerdo a datos finales, el municipio de Sicaya logró aprobar su Carta Orgánica con el 65.4 por ciento de votos por el Sí, frente a 34.5 por ciento que optó por el No. En Puerto Villarroel, el No a su Carta Orgánica alcanzó a 56.4 por ciento y el Sí obtuvo 43.5 por ciento . Shinahota aprobó su documento autonómico con el 62.6 por ciento frente a un 37.3 por ciento de rechazo.

Por otro lado, Uriona detalló que, en el municipio de Uriondo (Tarija), la población optó por el Sí a la aplicación de su Carta Orgánica con el 71.9 por ciento de los votos, frente a 28.1 por ciento de rechazo.

En el caso de Huacaya, en Chuquisaca, la población optó por el No a la aprobación de su proyecto de Estatuto Autonómico Indígena con el 58.6 por ciento de los votos, frente a 41.1 por ciento que marcó Sí. En tanto, Macharetí aprobó su acceso a la autonomía indígena originaria campesina con el 51.3 por ciento de los votos, frente a un 48.7 por ciento que rechazó esa posibilidad.

En La Paz, el municipio de Achocalla aprobó su Carta Orgánica con el 57.3 por ciento y 42.7 por ciento la rechazó; y el municipio de Laja optó por el Sí con 58.2 por ciento frente a 41.8 por ciento que eligió el No. Coroico rechazó su Carta Orgánica con el 61.4 por ciento de los votos frente al 38.6 por ciento que optó por el Sí; y el municipio de Alto Beni aceptó ese documento con 53.2 por ciento frente a 46.8 por ciento que lo rechazó.

En Oruro, el municipio de Antequera rechazó su carta orgánica con el 57 por ciento de los votos, frente a un 43 por ciento que se resistió a dejar ese documento. En Potosí, el municipio de Puna dijo No a su carta orgánica con el 76.5 por ciento de votos, frente a 23.5 por ciento que optó por el Sí.

En Santa Cruz, el municipio de Vallegrande dijo Sí a su Carta Orgánica con 67.4 por ciento , frente a un No que alcanzó a 32.6 por ciento . En el municipio de Postrervalle, el 71.2 por ciento de la población votó por el Sí y 28.8 por ciento por el No.

Una primera constatación es que, si bien aún alto, el nivel de participación viene de caída, si se tiene en cuenta el del referendo constitucional del 2016 (84.45 por ciento ) o el que tuvo un proceso similar, el referendo autonómico del mismo año (76.5 por ciento ). Cabe suponer, entonces, que se efectuó un menor trabajo de difusión.

Lo que no se entiende, sin embargo, es lo ocurrido en las regiones que rechazaron sus propias normas, en teoría elaboradas y acordadas por las propias poblaciones, y dadas a conocer masivamente. Por ejemplo, OPINIÓN informó el viernes que Puerto Villarroel asignó un presupuesto de 738.302 bolivianos para el proceso, en el que se distribuyeron 29.410 proyectos de cartas orgánicas que ahora quedaron en nada. Una suposición es que la elaboración no fue tan participativa como anunciaron las autoridades. Ronda también, sin embargo, un fantasma que igualmente estuvo presente en el anterior referendo, en el que el Sí ganó en 10 regiones, pero el No en 5. Y es que en aquel proceso aconteció que muchos ciudadanos poco informados pensaron que se trataba de definir una posible continuidad de las autoridades del Ejecutivo. En esa misma lógica supuesta, no deja de sorprender ahora que regiones, además rurales, hayan descartado sus regulaciones o que la votación positiva no haya sido contundente. Este es un dato no menor que seguramente debe estar siendo analizado por políticos de oficialismo y oposición, que deberían haber actuado más activamente para lograr que las regiones aprueben sus aspiraciones autonómicas.