Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
  • Actualizado 16:06

RADICAL LIBRE

Brecha digital

Brecha digital
Internet continúa siendo en nuestro país una desconocida. La presencia de cafés internet en las capitales de departamento y su bajo costo enmascaran la enorme brecha digital que separa a nuestro país del nivel de desarrollo en las tecnologías de información y comunicación (TIC) que han alcanzado otros países latinoamericanos. Nuestro acceso es ínfimo y carísimo; las capacidades y los conocimientos necesarios para aprovechar la base existente y realizar una adecuada transferencia de tecnología, bajísimos; los servicios públicos que aplican el nuevo paradigma tecnológico prácticamente nulos, y los instrumentos de política pública para fomentar el desarrollo de la sociedad del conocimiento simplemente son una mirada de asombro. Las computadoras en nuestro país siguen siendo cosa de brujería.

Las TIC no son un avance tecnológico más. Suponer lo contrario sería como creer que es posible vivir alumbrados por velas. La brecha digital da origen a nuevas formas de desigualdad estructural dentro de la sociedad y entre países porque profundizaremos cualitativamente nuestra poca capacidad de autodeterminación. Si no podemos digitalizar los flujos de información y comunicación en diferentes ámbitos de la sociedad, no podremos dar saltos cualitativos en el desarrollo inmediato ni en el estratégico.

Hoy ya se trabaja con la segunda generación web. Todos quienes han reflexionado sobre ese salto coinciden en que se trata de un cambio de actitud –una especie de vocación de redes sociales para intercambiar experiencias innovadoras- y una reconfiguración ideológica de la organización y uso de la red. Los usuarios de los recursos de comunicación han establecido comunidades virtuales que permiten el intercambio entre ellos sin mediación alguna, lo que genera nuevas redes sociales. Un ejemplo de ello es la construcción de grandes comunidades temáticas o periódicos y radios digitales mediante plataformas estandarizadas gratuitas. Otro ejemplo extraordinario es la educación virtual. Por esto, el concepto web 2.0, más que un desarrollo tecnológico innovador, es una reorganización y una nueva concepción de las potencialidades TIC y de lo que se está construyendo. Y de lo que nosotros apenas somos, como país, un testigo con la boca abierta llena de moscas.

O sea, dado que el Estado sigue ignorando a las TIC, su maldición nos caerá a todos más temprano que tarde bajo la forma del culto supersticioso. Como no seremos capaces de adecuar las TIC a nuestras necesidades ni a nuestros horizontes, ellas comenzarán a hacerlo por nosotros. Y la maldición de las máquinas no está nada lejos.