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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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El mundo en riesgo

El mundo en riesgo
Preocupados, los presidentes de Rusia, Vladímir Putin, y China, Xi Jinping, pidieron ayer a Corea del Norte una moratoria de sus ensayos con misiles y armas nucleares, en el marco de una iniciativa común para el arreglo del conflicto coreano, informaron las agencias internacionales. Según un comunicado conjunto, Moscú y Pekín consideran "inadmisible" el anuncio de Pyongyang sobre el lanzamiento de su primer misil balístico intercontinental que alcanzó una altura de 2.802 kilómetros y recorrió 933 kilómetros. Por ello, pidieron a Corea del Norte que, "de manera voluntaria", declare "una moratoria de las pruebas con armamento nuclear y los ensayos de misiles balísticos", y le instaron a cumplir estrictamente las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU que impiden tales actividades.

Además, instaron a EEUU y a Corea del Sur, principales enemigos de Pyongyang, "a que se abstengan de realizar maniobras militares conjuntas a gran escala", precisamente una de las excusas que siempre expone el régimen comunista para lanzar sus desafíos nucleares. E insistieron en que el despliegue del escudo antimisiles estadounidense en el sureste de Asia "representa un grave perjuicio para los intereses de seguridad estratégica de los países de la región, incluidos Rusia y China". "La escalada de la tensión político-militar en esa región, que está condenada a provocar un conflicto militar, exige de la comunidad internacional la adopción de medidas colectivas para el arreglo pacífico del conflicto".

Estados Unidos, por su lado, confirmó que el nuevo misil fue uno balístico intercontinental, informó el Comando Pacífico de las Fuerzas Armadas. El misil voló más tiempo que cualquier prueba de misiles norcoreanos, un total de 37 minutos, lo que implica que el régimen de Kim Jong-un podría tener la capacidad de atacar a Alaska. Es la primera vez que Pyongyang logra lanzar un misil de estas características de manera exitosa, mientras el Pentágono sigue investigando el lanzamiento, el undécimo en lo que va de año. "¿No tiene este tipo nada mejor que hacer con su vida? Difícil creer que Corea del Sur y Japón vayan a aguantar mucho más. Quizá China haga un movimiento de peso en Corea del Norte y ponga fin a este sinsentido para siempre", escribió el presidente Donald Trump en Twitter, en alusión a Kim Jong-un.

Desde hace unos años, el mundo observa con intranquilidad las constantes maniobras militares del régimen absolutista norcoreano, cuya incendiaria retórica no pocas veces ha amenazado con la destrucción del planeta entero. El nerviosismo internacional es mayor desde enero de este año, cuando Trump, de discurso también belicista, asumió el mando de la nación más poderosa del orbe que, por su lado, hace de igual modo constantes despliegues de armamento en Asia.

Dado el hermetismo de la dictadura de Corea del Norte, no se puede entender con claridad cuáles son los reales intereses de quien gobierna esa nación, aunque ahí están como antecedentes sus crueles actos de despotismo y de violación de derechos humanos. Del otro lado el panorama no es radicalmente distinto, pues la nación con el mayor número de intervenciones en otros países tiene ahora un líder que en su mismo suelo ha generado temores. La exadversaria presidencial de Trump, Hillary Clinton, preguntó muchas veces a sus connacionales si en verdad estaban dispuestos a confiarle el gatillo de las armas nucleares al magnate republicano, aunque de nada le sirvió apelar a ese miedo.

Así las cosas, impotente ante dos antagonismos con armas de destrucción masiva, la humanidad asiste pasmada a un intercambio de intimidaciones que, adrede o a causa de un error de cálculo, podría concluir en la devastación. A naciones como la nuestra, sin ningún poderío militar y de vocación pacifista, solo les queda insistir en que los conflictos se puedan resolver mediante la negociación.˚