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  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
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Adolescentes

Adolescentes
La adolescente había ingerido una cantidad considerable de pastillas para morirse. Mientras estaba en el hospital, con un tratamiento de desintoxicación, sus padres fueron a hablar conmigo puesto que yo era su profesor en el colegio. Ellos, en su amargura, se preguntaban cómo serían las relaciones cuando su hija volviera a la casa.

Convivir y tener una relación educativa con adolescentes no es nada fácil, pero al mismo tiempo es un desafío para padres de familia y profesores. Aunque las generalizaciones suelen ser injustas, porque cada adolescente es distinto, en muchas ocasiones quisiéramos darles el remedio del sueño, que se duerman durante toda la adolescencia. Ya lo expresó Shakespeare en “Un cuento de invierno”, cuando puso estas palabras en los labios de un pastor: “Desearía que no hubiera edad intermedia entre los diez y los veintitrés años, o que la juventud humana durmiera hasta hartarse, porque no hay nada entre esas edades como no sea dejar embarazadas a las chicas, agraviar a los ancianos, robar y pelear”.

Las palabras del autor inglés nos llevan a reflexionar sobre la crisis en el mundo de relaciones de nuestros adolescentes. La vida y la madurez humana tienen en las relaciones sus pilares fundamentales. Veamos.

“Dejar embarazadas a las chicas”. La frase nos habla de las relaciones de los adolescentes con personas de otro sexo. En muchas ocasiones, los desequilibrios familiares llevan a relaciones insanas en las que el otro se convierte en un objeto de placer. A veces, las relaciones se tornan violentas, y se pretende el ejercicio o del poder físico o psicológico, porque así ha sido al interior de las familias. ¿Cómo podemos ayudar a nuestros adolescentes a entablar relaciones sanas con las personas del sexo opuesto?

“Agraviar a los ancianos”. El texto nos lleva a la relación con otras generaciones, con los adultos, los ancianos y los niños. La generación de adultos pudo haber enseñado a los adolescentes que el respeto al otro se debe simplemente por su envergadura física o por su poder económico y cultural. Esto genera en los adolescentes ideas erróneas sobre el respeto al otro. Por esto, el ejercicio del poder al interior de las familias deberá ser siempre con el ejemplo y con las debidas explicaciones.

“Pelear”. Nos habla sobre la relación entre pares. ¿Cómo educamos a nuestros hijos para tener una relación respetuosa con sus hermanos? ¿Cómo orientamos las relaciones de nuestros hijos con sus amigos? Durante la adolescencia, los amigos son muy importantes en la formación de la identidad. Por ello, es importante saber quiénes son esos amigos, a qué se dedican y cuáles son sus valores. No olvidemos que el fenómeno del bullying se da entre pares.

“Robar”. La relación con el mundo. Se trata del respeto al medio ambiente, a las cosas del otro, a los bienes y a las normas. ¿Cómo educar a los jóvenes en el respeto de lo otro? Hoy muchos adolescentes desencantados del mundo de los humanos parecen refugiarse en el mundo de los animales, por lo que dan más importancia al perrito de la calle que a la persona necesitada.

La vida y la educación de los adolescentes nos desafían como generación de adultos a cuidar y cultivar las relaciones con uno mismo, con los demás, con la naturaleza y con Dios. Aprovechemos el tiempo de vacación para mejorar nuestras relaciones con ellos, así evitaremos momentos ingratos y situaciones límite.