Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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Preocupación por Arce

Preocupación por Arce
Lo vienen repitiendo en sus discursos el presidente Evo Morales y el vicepresidente Álvaro García Linera: sobre todo en el caso de los gobiernos llamados progresistas, la estabilidad política depende de la soberanía y gestión económica. Así, de no mucho sirve una sociedad ideologizada (que no es tampoco nuestro caso) que sin embargo tenga problemas en su cotidiano vivir. Veamos si no el caso de Venezuela, donde las carencias de distinto orden —y por distintas causas— generan grandes protestas que amenazan seriamente la misma continuidad del régimen chavista. O cómo es que la crisis económica abonó el terreno para la destitución parlamentaria de la presidenta brasileña Dilma Rousseff.

De ahí es que al Ejecutivo boliviano le preocupa —al igual que a todos quienes siguen el devenir el económico— el cambio de una autoridad que ha sido clave en la gestión de ese ámbito, el ministro Luis Arce Catacora, quien, aquejado por el deterioro de su salud, tras consultar con galenos del país dejó el cargo temporalmente y se fue al exterior a buscar un tratamiento. No por nada Arce fue el único Ministro que está en el gabinete desde que Morales tomó posesión en enero de 2006. No por nada el propio Mandatario derramó —como contadas veces— lágrimas luego de anunciar la partida de su colaborador.

Es pues Arce uno de los principales gestores del nuevo modelo económico de nacionalización de recursos naturales, mayor presencia del Estado y políticas redistributivas, que ha constituido varios de los éxitos de la administración del oficialismo. Los históricos réditos para el TGN producto de las nacionalizaciones, cifras macroeconómicas que nos hacen líderes en la región, el crecimiento de las divisas, la estabilidad cambiaria, la bolivianización de la economía, el fuerte incremento de la inversión pública, la expansión del mercado interno y una mejor distribución de los ingresos son algunos de los logros en los que Arce tuvo un papel preponderante. De esa manera, organismos internacionales y gobiernos de diversa tendencia han reconocido los aciertos del licenciado en Economía de la UMSA, magíster en Ciencias Económicas de la Universidad de Warwick (Inglaterra) y socialista declarado desde su juventud.

Desde luego, no todo ha sido una taza de leche. Ahí están también la metida de pata del casi de inmediato descartado “gasolinazo” del 2011, que determinó entonces una fuerte inflación, sobre todo de los precios de los alimentos; la deficiente o mala administración de algunas empresas estatales; la millonaria y cuestionable inversión en un nuevo edificio para el Ministerio de Economía; o la suntuosa compra de unas innecesarias alfombras. Sin embargo, si hemos de poner en la balanza aciertos y yerros, es claro desde nuestra perspectiva que, tras 11 años y 155 días, esta se inclina por una calificación positiva para el exministro, al que, solidarizándonos, le deseamos una pronta recuperación.

Es por lo anterior que es muy grande el desafío para el nuevo titular del área posesionado ayer, Mario Guillén (exviceministro de Pensiones y Servicios Financieros). Legisladores, empresarios, exportadores, movimientos sociales y hasta el propio Presidente le han demandando la continuidad de lo hecho por Arce. En tiempos en los que se ha comenzado a sentir la desaceleración del crecimiento de la economía, muy prudente será asumir medidas con total cautela, porque, estamos seguros, un desbarajuste económico, a falta de un trabajo político del Ejecutivo, podría traer imprevisibles consecuencias de desestabilización, cuyas víctimas serían no solo los gobernantes, sino el conjunto de la población que, finalizado este periodo gubernamental, decidirá en 2019 con su voto si opta por la continuidad o por otro proyecto de país.