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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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CIUDAD SUSTENTABLE

La fragilidad urbana

La fragilidad urbana
Es una realidad que, con o sin la intervención de los profesionales relacionados con la construcción, la ciudad de Cochabamba se edifica ininterrumpidamente, con características de fragilidad urbana. Es una realidad penosa porque la impronta de los profesionales (por supuesto que hay honrosas excepciones) en esta vital actividad parece diluirse con la de los empíricos del ramo que se guían por el mero lucro. Hace unos pocos días se ha aprobado la Ley Municipal de Regularización Técnica de Lotes y Edificaciones que, con un espíritu de “amnistía”, convocará nuevamente a los propietarios o dueños casa a “regularizar” sus edificaciones que tengan construcciones fuera de norma.

Según los registros de la Dirección de Planificación citada por la misma fuente, existen en el municipio de Cochabamba alrededor de 69.000 edificaciones transgresoras de la norma, de las cuales aproximadamente el 7 por ciento , o sea 4.830, está constituido por edificios de más cuatro niveles, cuya principal transgresión es la “construcción de pisos adicionales a los de los diseños”. Sus autores son nada más ni nada menos que profesionales del ramo, localizados principalmente en las zonas central y norte de la ciudad. El restante 93 por ciento , o sea 64.170, de las edificaciones transgresoras tendría tres o menos niveles o pisos. Acusan irregularidades de diversa índole, que irían desde el avasallamiento de retiros, de fajas jardín, construcciones adicionales, etc., destacándose que la mayor parte de estas construcciones irregulares se encontraría en la zona sur de la ciudad, es decir en los Distritos 8, 9 y 14, principalmente.

Al margen de que se puedan “regularizar” estas construcciones fuera de norma, el problema de fondo queda sin resolver, es decir la fragilidad urbana. En otras palabras, lo que está mal hecho, mal construido, lo que es peligroso para la integridad de las personas, no desaparecerá pagando una multa. Y lo peor es que se deja da una mala lección a la ciudadanía, en el sentido de hacer dinero como sea con construcciones peligrosas, ya que tarde o temprano se va a legalizar con dinero. Será de lamentar que un evento natural (inundaciones, lluvias persistentes, temblores, terremotos, etc.) hagan presa de la fragilidad urbana de la ciudad de Cochabamba. Mientras tanto, parecen convincentes y obnubilantes los 80 millones de bolivianos que se pretenden recaudar con esta nueva ley municipal. ¡Dios salve a Cochabamba!