EMILIA, DE 28 AÑOS, LLEGÓ A LA CIUDAD PARA PEDIR JUSTICIA Y CONFIRMAR QUE FUE VÍCTIMA DE MALTRATO DESDE HACE UN TIEMPO, PERO NO SENTÓ DENUNCIA.
Esposa de concejal: “Estoy amenazada y tengo miedo”
19 de junio de 2017 (20:24 h.)
Emilia (nombre cambiado), la esposa del presidente del Concejo Municipal de Punata (MAS), Ariel G., aseguró ayer que esa autoridad no solo la golpeó y la arrastró de los cabellos, sino que intentó asfixiarla. Pidió justicia y confesó que siente miedo porque su suegra la habría amenazado con enviar a sus hijos y al padrastro del concejal contra ella.
Emilia, de 28 años, sostuvo que los familiares del concejal la tratan de “india” y que la atemorizan. Consultada sobre lo que ocurrió el viernes 16 de junio, la víctima dijo que la madre de su esposo llamó. “Ella dijo palabras que ni siquiera quiero recordar. Él la oyó y no dijo nada. Entonces, yo me cansé, hice mis cosas y quise irme. Él empezó a pegarme. Me lanzó contra la pared, caí a la cama y luego al piso. Ahí trató de asfixiarme. Creí que moriría y convulsioné. Él se asustó y me hizo reaccionar”, agregó.
Emilia llamó a la Policía varias veces, pero no la entendían. Tuvo que llamar al celular que le dieron de un sargento y pedir auxilio. Cuando la patrulla llegó a su casa, el concejal la golpeaba y arrastraba de los cabellos por haber llamado a los efectivos. Los agentes lo sorprendieron in fraganti. “La sargento escuchó cuando mi suegra me amenazó y ahora que lo liberaron tengo miedo. Nunca lo había denunciado antes, pero ya no pude callarme más”.
Ariel G., de 37 años, fue aprehendido el 16 de junio, remitido a la Fiscalía y sometido a una audiencia cautelar, tras ser imputado por los delitos de agresión física y psicológica. El médico forense del Valle Alto le otorgó dos días de impedimento, a la víctima.
El juez José Luis Fonseca ordenó la liberación de Ariel G. con medidas sustitutivas como el pago de una fianza de 5.000 bolivianos y la presentación ante el fiscal, cada dos semanas.
Dos días
En la decisión de liberar al acusado, pesaron los pocos días de impedimento dados por el forense a la víctima.