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  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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BITÁCORA ECONÓMICA

Cuando los robots nos reemplacen

Cuando los robots nos reemplacen
La inminente llegada de la automatización es la amenaza latente para más de la mitad de todos los empleos en los países desarrollados, y genera bastante preocupación e incertidumbre en las esferas políticas y sociales de esas sociedades.

En un reciente libro titulado “El Auge de los Robots”, Martin Ford argumenta fehacientemente que esta tendencia de automatización con un desarrollo más acelerado de la tecnología permitirá, en un futuro muy cercano, que las máquinas comiencen a encargarse de ellas mismas, necesitando menos personas en los procesos productivos. Conforme continúe el progreso, tanto los empleos de alto nivel como los de nivel medio se esfumarán, generando un desempleo masivo y un sesgo hacia la desigualdad en la distribución del ingreso, con una implosión de la economía basada en el consumo.

El magnate Bill Gates ha propuesto un impuesto sobre los robots, como una defensa que podría frenar el ritmo de la automatización, además de otra serie de esfuerzos para financiar otros tipos de empleo centrados en el ser humano. Existen, por supuesto, réplicas a dicha propuesta, una de ellas la planteada por Lawrence Summers, exsecretario del Tesoro de Estados Unidos, que vaticina que, de implementarse dicho impuesto, el resultado inmediato sería un freno a la innovación.

En economías en vías de desarrollo como la boliviana, en la que hay baja productividad de la mano de obra respecto a otras economías vecinas y ni hablar de China o los países asiáticos, esta tendencia a la automatización es una amenaza que, aunque parezca increíble, puede ser cierta, especialmente entre la fuerza laboral más joven.

En la medida que los costos de la automatización disminuyan en relación con los salarios de la manufactura, y como la producción industrial global se vuelve menos intensiva en mano de obra, los trabajadores bolivianos perderían algunas de las escasas ventajas con las que cuentan actualmente, y la consecuencia será la incapacidad para atraer empresas que intenten invertir en un escenario de mano de obra abundante y de bajo costo.

Es así que la automatización es una preocupación legítima de quienes apuestan por un proceso de industrialización que absorba mano de obra y capital humano. Es importante tener una lectura correcta de esta tendencia creciente de la robotización en la economía mundial.