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  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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Periodistas mueren tras inhalar gas venenoso de la calefacción

Periodistas mueren tras inhalar gas venenoso de la calefacción


Una pareja de periodistas perdió la vida en la habitación de un motel, en La Paz, tras inhalar gas monóxido de carbono del equipo de calefacción. Ninguno tenía huellas de violencia, por lo que las autoridades creen que se intoxicaron, sin darse cuenta, con este peligroso gas.

Las víctimas fueron identificadas como Erick Mauricio Salazar Villegas (34) y Tania Isabel Vargas Salas (27). El varón era periodista de la Red Uno y fue editor de la revista Innova. Tenía una hija de una primera relación.

Tania Vargas era abogada, fue Señorita La Paz en 2011, era docente en Unifranz, modelo, locutora en Radio Compañera y presentadora de noticias de TV OFF Travel. La noticia de la tragedia conmovió a la población y al mismo presidente Evo Morales, quien expresó sus condolencias a través del twitter.

Los novios ingresaron a una habitación del motel Fantasía, cerca del puente Minasa, y poco después estaban muertos. La Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen de La Paz investiga si el sistema de calefacción ya estaba encendido antes de que la pareja entrara, pues los cadáveres fueron encontrados, a la una de la madrugada, en el piso de la habitación, cerca de la puerta de ingreso.

El monóxido de carbono es un gas venenoso, sin olor ni color, que se genera por la combustión de estufas, sistemas de calefacción, automóviles, candelabros, fogones y otros.

Si este gas se acumula en una habitación en la que no existe buena ventilación y el equipo de calefacción no ha sido sometido a limpieza, o está deteriorado, el inhalarlo es mortal. Un ser humano puede morir en media hora.

Al inhalarlo, el gas entra en contacto con la sangre y ocupa el lugar del oxígeno. Llega a todos los tejidos y órganos del cuerpo, afectando al sistema cardiovascular. La víctima puede sentir dolor de cabeza, mareos, vómitos o un adormecimiento generalizado de los sentidos. Pierde movilidad y la sensación de peligro. No se percata de lo que le está ocurriendo, entra en coma y fallece. Por ello, los médicos lo llaman “el asesino invisible” o “la muerte dulce”.

Para prevenir estas muertes, los expertos recomiendan revisar anualmente y limpiar siempre los sistemas de calefacción, comprar detectores de monóxido de carbono y garantizar la ventilación de las habitaciones donde hay estufas.