Las imágenes parecían extractadas de algún periódico de México, pero fueron tomadas en Paracti, el trópico de Cochabamba. La bolsa de yute amarilla estaba teñida de sangre. Al abrirla, los policías encontraron la mitad del cuerpo de un joven de 21 años. 

La cabeza, los brazos y el torso del muchacho fueron identificados por su esposa y sus padres. Se trataba de Brandon Gonzáles, que era buscado desde hace unos días por su familia.

Su esposa relató a la Policía que, desde hace un tiempo, Brandon se dedicaba a transportar cápsulas de droga hacia Chile, pero había desaparecido tras emprender su último viaje. Una cápsula de droga reventó dentro de su organismo y Brandon sufrió una intoxicación severa por sustancias controladas que le provocó un infarto, en plena travesía.

El joven no viajaba solo. Iba con una pareja con la que tenía lazos de parentesco y que era parte de un clan que se dedicaba al tráfico de cocaína.

Jorge V. (37), y Martha Narda R. (38), cuñados de la víctima, no llevaron el cuerpo de Brandon a su casa para velarlo, sino que decidieron descuartizarlo para rescatar el resto de la mercancía de su organismo, según el subdirector de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC), coronel Richard Vargas. Ante la desaparición de Brandon, su esposa buscó a la Policía y reveló que había salido de viaje con la pareja.

La mitad del cuerpo del joven fue hallada a dos metros de la carretera a Santa Cruz, en el kilómetro 87, en Locotal, Paracti. La Policía aún busca las extremidades inferiores del joven. El padre de Brandon, en shock, dijo que su hijo ingresó al negocio bajo presión. “Trabajó desde sus 13 años por sus hermanos menores, era muy bueno”, lloró.

Otros casos

La Policía investiga si este mismo clan está vinculado al hallazgo de otro hombre muerto en Oruro, con cocaína líquida en el vientre.