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  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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La alarmante violencia contra niños

La alarmante violencia contra niños
La violencia sexual contra niños y niñas se ha convertido en una realidad casi habitual en Bolivia, un crimen que queda muchas veces impune y ha llevado a debatir la cadena perpetua para violadores que acaben con la vida de los menores.

Solo en el departamento de La Paz, los casos de violaciones a menores se han triplicado en los cuatro primeros meses del año respecto de los primeros del 2016, al pasar de 12 a 36, según datos policiales. Y no son solo cifras, sino noticias casi diarias: es el caso de una bebé de un año a la que violó su padrastro y el padre de este, y después asfixiaron en Cochabamba; o el de una pequeña violada por su padre y su hermano desde sus 8 años hasta los 13. O el padre que contagió una enfermedad venérea a un niña de tan solo 14 años después de 4 años de violaciones constantes.

Según los últimos datos nacionales, que fueron difundidos en 2014 por la Defensoría del Pueblo, cada día 16 niños y niñas sufren vejámenes sexuales, aunque solo cinco denuncian. Además, mientras el promedio de menores víctimas de la violencia sexual en el mundo está en el 8 por ciento , en Bolivia llega al 23 por ciento . También son frecuentes los infanticidios.

El artículo 15 del Código Niño, Niña y Adolescente de 2014 preveía la aprobación a su vez del Programa Integral de Lucha Contra la Violencia Sexual a Niñas, Niños y Adolescentes, para que se pudiese asignar a la protección los recursos que sean suficientes. Sin embargo, hasta abril, casi tres años después, el programa no fue aprobado. "El retraso yo diría que se debe esencialmente a la falta de sensibilidad de los anteriores ministros de Justicia que no priorizaron este programa", reconoce el diputado oficialista Javier Zavaleta, que fue uno de los impulsores de esa normativa.

Este programa, en palabras del que fue presidente de la Red Parlamentaria por la Niñez y la Adolescencia, contiene pasos para la sensibilización de la población y mecanismos en todos los niveles del Estado para "mejorar los sistemas de protección". Y lo que es más importante, una partida presupuestaria para proteger a la infancia de la violencia sexual.

Desde 2015, en Bolivia se invierten casi 2.500 millones de dólares (casi el 8 por ciento del PIB) en las diversas áreas de atención a la infancia, desde la educación a la salud, pero los parlamentarios deben definir cuánto irá a protección y prevención de la violencia. Zavaleta insiste en que esa partida "debe subir y debe orientarse de mejor forma".