No pudo más. La pequeña de seis años que fue violada y asfixiada por sus primos, un niño de 12 y un adolescente de 14, murió ayer en la madrugada, en terapia intensiva de un hospital de Santa Cruz.

El domingo 4 de junio, la niña fue con su padre a visitar a unos familiares, en una comuna del Norte Integrado. A las 16:00, el padre entró a la ducha para refrescarse y dejó a la menor jugando. Ebrios, sus primos de 12 y 14 la llevaron a una habitación que cerraron con llave y allí la violaron tapándole la boca para que no gritara y la asfixiaron. El padre salió de la ducha, forzó la puerta de los primos y halló a su niña semidesnuda, agonizando en el piso, casi debajo de la cama. Sus agresores dormían muy cerca. Desesperado la llevó a un hospital y cinco días después, la criatura falleció. Ambos agresores fueron aprehendidos, pero de acuerdo a la ley, la máxima pena que recibirán, sea cual fuere el delito cometido, es de seis años de encierro en un centro de infractores. La noticia conmocionó al país, que más que otros años, vive una ola de violencia contra los niños con frecuentes infanticidios, castigos crueles de padres a hijos y diarios abusos sexuales.

Según los últimos datos oficiales difundidos en 2014 por el Defensor del Pueblo, en Bolivia, cada día, 16 niños y niñas sufren vejámenes sexuales, aunque solo cinco de ellos denuncian. Mientras el promedio de menores víctimas de la violencia sexual en el mundo es del 8 por ciento , en Bolivia llega al 23 por ciento .

El artículo 15 del Código Niño, Niña y Adolescente de 2014 preveía la aprobación a su vez del Programa Integral de Lucha Contra la Violencia Sexual a Niñas, Niños y Adolescentes, para que se asigne a la protección, los recursos que sean suficientes. Sin embargo, hasta abril pasado, casi tres años después, dicho programa no fue aprobado. “El retraso se debe esencialmente a la falta de sensibilidad de los anteriores ministros de Justicia que no priorizaron este programa”, le dijo a EFE el diputado Javier Zavaleta, un impulsor de la normativa.