Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
  • Actualizado 22:24

ACORDES DE GUITARRA Y LA VOZ DE HUGO LAGUNA INICIARON Y CONCLUYERON AYER UN ACTO PROTAGONIZADO POR FAMILIARES, DIRIGENTES Y AMIGOS DEL EXDIRIGENTE MINERO.

Rinden homenaje a Filipo y le llevan al crematorio sin rezos

Rinden homenaje a Filipo y le llevan al crematorio sin rezos



Los acordes de la guitarra y la voz de Hugo Laguna iniciaron un homenaje sin protocolos, rezos ni ritos religiosos, antes de trasladar el cuerpo de Filemón Escóbar al crematorio.

El exdirigente minero, formador de cuadros dirigenciales y fundador del Movimiento Al Socialismo (MAS), conocido como Filipo o El Flaco murió el 6 de junio a los 82 años, aquejado por un cáncer de pulmón. No creía en Dios y eso se respetó ayer durante el acto en el que sus familiares, dirigentes y amigos hicieron discursos. Una de sus frases era: “¡Yo, ¿qué tengo que ver con Dios?!”.

No hubo curas ni pastores. Los avemarías y padrenuestros no se oyeron. En su lugar gritaron “glorias” a Filemón y “vivas” por la democracia y organizaciones, como la Central Obrera y la Federación de Mineros. “¡Gloria a Filemón Escóbar!”, “¡gloria!”.

Entre los dirigentes de su “camada”, como expresó Cirilo Jiménez, varios utilizaban boinas, como la de Filipo, y uno identificó a su sector con un guardatojo.

Jiménez, como otros allegados, le habló a Filemón: “No te voy a decir adiós, porque sé que no vas a ir donde Dios. Para nosotros no existe. Dios es la tierra donde hemos luchado, donde hemos nacido, por la que hemos ofrendado nuestras vidas”.

Vestido de blanco, identificado como exdirigente del Movimiento Sin Tierra, Vladimir Machicado, se puso guantes y un pasamontañas blanco y se dirigió al cuerpo: “Aquí estoy maestro, a quien decías tu lloqhalla (...)”.

Su hijo, César Escóbar, recordó los espacios políticos, como el Partido Obrero Revolucionario (POR), Vanguardia Obrera, Movimiento Revolucionario Túpac Katari de Liberación (MRTKL), Izquierda Unida y agradeció a los compañeros de su padre en la lucha contra la dictadura, en favor de la democracia.

“(Mi padre) se ganó muchas calumnias por decir lo que pensaba y hacer lo que él creía que se debía hacer, aunque eso esté en contra de lo que la mayoría pensaba. Ha sido consecuente consigo mismo”.

“LA OLGA” Quienes conocieron de cerca al exdirigente minero resaltaron el “profundo amor” que sentía por su esposa, Olga Vásquez. La dirigente del Magisterio Norma Barrón recordó la paciencia de Escóbar para esperar a su compañera tras las reuniones de los maestros.

Ricardo Calla describió el sentimiento que exponía Filipo por su compañera de vida. “Cuando nos encontrábamos empezaba a hablar de La Olga, ‘La Olga aquí, La Olga allá, esto me ha dicho’. Cuán importante era ella para Filemón”.

Vásquez declaró su amor por Filemón. “Yo lo he amado, desde que era adolescente hasta ahora que estábamos cerca de cumplir 50 años. Él ya estaba invitando a mucha gente para celebrar (...) Qué mejor premio para mí que haber tenido a un hombre grande a mi lado”.

La esposa y los hijos de Escóbar emitieron y oyeron discursos entre lágrimas y risas; entre recuerdos y anécdotas.

Mientras el ataúd salía de su casa, rumbo al crematorio, en brazos de varios hombres, Hugo Laguna continuó cantando. Lo último fue una cueca que terminó con aplausos. “Cuando me vaya, cuando me ausente / Adiós, ‘Olguita’, no has de llorar por mí”.

Familia

La esposa, hijos y nietos de Escóbar fueron elogiados por los dirigentes y amigos de Filemón, por seguir sus pasos.

Apuntes

“¡¿De qué lloran?!”

El hijo de Filemón Escóbar, César Escóbar, explicó que el acompañamiento musical fue la forma en la que Filipo hubiese querido irse, “alegre”.

Recordando a su padre dijo: “Lo primero que hubiera dicho, al verles a ustedes llorando sería ‘¡¿de qué lloran?, carajo!’. Habría que estar alegres, despedirle con alegría”.

“Todavía me duelen tus puñetes”

Uno de los ahijados de Filipo describió la forma en la que recibía recomendaciones y consejos de su padrino y se dirigió a él diciendo, con cariño: “El brazo me sigue doliendo, por los puñetes que me dabas. Chau, Filipo”.

Disfraz de Papanoel, del “imperialismo”

Gabriela Canedo recordó que Escóbar hacía lo posible para que su familia esté feliz.

“Por los hijos y los nietos, en las navidades, solía vestirse de Papanoel, del imperialismo. Pero, por alegrarnos lo hacía. Lo extrañaremos”.

Padrino de promos

La dirigente del Magisterio Norma Barrón dijo que Filemón fue padrino de varias promociones de bachilleres en unidades educativas nocturnas, “donde estudian los trabajadores” y su palabra siempre fue un ejemplo.

Reconocimientos

El Concejo Municipal de Cochabamba determinó que se otorgue un sitio de honor a Filemón Escóbar en el Cementerio General. Se prevé un acto a las 11:00 horas. Se anunció que una parte de las cenizas se quedarán en el cementerio y otra en su casa.

Los familiares informaron que también habrá un reconocimiento póstumo en la Asamblea Legislativa Departamental.

Escóbar dejó “Testamento” a medio escribir tras dos años de trabajo

“Testamento de un viejo luchador” es el nombre tentativo que dejó Filemón Escóbar para el libro que no terminó de escribir, porque la muerte se adelantó a sus últimas letras.

Su esposa, Olga Vásquez, manifestó que ella y sus hijos concluirán el documento para publicarlo.

“Lo hemos leído, pero hay que hacer correcciones y aumentar algunas cosas”.

El yerno de Escóbar, Roberto Ibargüen, informó que trabajó el escrito en los dos últimos años, “desde el momento en el que empezó a sentir que las crisis (de la enfermedad) se le agudizaban”, mismas que le impidieron avanzar.

El cáncer pulmonar que aquejó al exdirigente minero influyó en esta que era una de sus principales actividades, escribir. Sin embargo, estuvo lúcido “hasta el último momento” de su vida, de acuerdo a la descripción de las personas allegadas.

Los incontables libros que llenan los estantes de su despacho son la muestra del apasionamiento que Filipo tuvo por la lectura, además de la pintura y la música, cuyas expresiones, plasmadas en cuadros y discos, están expuestas en cada espacio de su hogar.

Ibargüen describió que su suegro “escribía siempre y tenía borradores de cosas escritas”.

Anunció que, en la medida de lo posible, el libro se terminará y saldrá para el público este mismo año.

Adelantó que se trata de “una biografía espontánea e interesante”.

Los libros son parte del legado de Escóbar para sus seguidores. Entre sus publicaciones están: De la Revolución al Pachakuti, Testimonio de un militante obrero y Semblanzas.

Para su esposa Olga, Filipo dejó, además de sus escritos, el legado de “un buen político, un buen dirigente sindical, honesto y consecuente”.