En realidad, los cochabambinos estamos buscando un destino. ¿Cuál es el sector que se debe desarrollar para que los jóvenes tengan un futuro? En los últimos 20 años, la población ha crecido rápidamente. Las universidades están formando profesionales que no tienen dónde aplicar su formación. Esto nos mueve a pensar que la universidad es una fábrica cuyo producto no tiene mercado. La responsabilidad es del Estado, y en esta definición está el Gobierno, el central, el departamental y los municipales.

Dudamos que Cochabamba tenga un destino claro. ¿Podría ser el de la minería, los hidrocarburos, la agricultura y su industrialización, desarrollo de la ciencia y tecnología? Podríamos mencionar a más sectores generen actividades económicas que a su vez impliquen empleos formales y dignos. Pero no hay una respuesta clara.

Pasaron 44 años desde que se iniciaron los estudios para ejecutar el Proyecto Múltiple Misicuni, concebido en la factibilidad como proyecto de desarrollo regional. Hoy aún no se tiene una fecha para concluirlo en su integridad, ni en la primera fase aprovechando las aguas del río Misicuni. A este ritmo, ¿será que se concluye la segunda fase en 15 años? Entretanto, los suelos agrícolas de 18.000 hectáreas fueron consumidos en un 60 por ciento por el negocio inmobiliario. En 2010, solo quedaban cinco mil hectáreas; hoy con suerte hay cuatro mil. Eso se agravará si no existen los ductos para llevar agua de riego con facilidad. Una rápida evaluación nos dice que, cuando terminen las obras, quedarán mil hectáreas. Entonces, la obra solo servirá para generar energía eléctrica y para eso se requiere solo un centenar de personas.

Acerca del agua potable, un niño que nació en 2015 en el barrio Ushpa Ushpa seguro la tendrá en su casa cuando tenga 20 años. Esto sucede porque no hay un trabajo organizado y coordinado entre las autoridades (Ministerio, Gobernación y Alcaldía).

De igual manera, la salud es otro drama. No tenemos un hospital para atender a la niñez. Celebramos a los niños el 12 de abril solo con un helado. ¡No puede ser! Como ingenieros, pensamos que si hay un hospital abandonado, judicializado y además ya pequeño, se debe pensar en construir un verdadero complejo para la atención de los niños en otro lugar.

En cuanto al deporte, hace dos años debían empezar a construir los campos para los Juegos Odesur. Hoy están por licitar o iniciando obras. Cuidado que estas no se concluyan antes del certamen.˚