Un nuevo feminicidio conmovió ayer a la ciudadanía en Santa Cruz. Emma Rojas Rivero, de 41 años, fue asesinada a golpes por su esposo, un hombre que le confesó su crimen, por teléfono, a la hija mayor de su pareja y luego planeó darse a la fuga. La Policía lo aprehendió tres horas después del crimen, mientras huía hacia Warnes.

Un fiscal relató que la hija mayor de la víctima trabaja como asistente en su oficina y ayer, a primera hora, ella recibió una llamada de su padrastro en la que le confesaba que había matado a su madre. “La asistente se había independizado y no vivía con la pareja. Llegó llorando y nos dirigimos de inmediato a la casa de su madre, en el barrio Amboró de Los Lotes y verificamos, tristemente, que la mujer estaba muerta, con el cuerpo lleno de hematomas”, describió la autoridad. Policías de la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia de Santa Cruz (FELCV) se movilizaron al enterarse que el autor confeso llamó a otros familiares para pedir ayuda para esconderse y lo capturaron cuando se dirigía a Warnes. El hombre se justificó diciendo que estaba ebrio y que discutieron por celos, pero ambas excusas son en realidad detonantes de la violencia, nunca la causa, según la Oficina Jurídica para la Mujer.