El escándalo en el fútbol continúa. Esta vez, la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) fue la que salió a la palestra para “denunciar ante la justicia a dos de sus extitulares, el paraguayo Nicolás Leoz y el uruguayo Eugenio Figueredo”, según han viralizado ya los medios internacionales.

Ambos son acusados formalmente por “lavado de dinero, producción de documentos no auténticos y de asociación criminal”.

Un fragmento de la publicación socializada por la página web de Conmebol señala: “De acuerdo a la política de cooperación con la Fiscalía de Nueva York (Estados Unidos), se han compartido los descubrimientos realizados por la auditoría forense”. No obstante, la nota elude los nombres.

Leoz y Figueredo, con amplia trayectoria en la dirigencia, se encuentran envueltos en el escándalo que se ha denominado FIFAgate. En esta dirección, hay más de 40 personas implicadas en actos de soborno y corrupción.

Algunos exdirectivos se vieron obligados a reconocer su culpa y aguardan su juicio en Estados Unidos.

Entre los “salpicados” por el hecho que conmocionó al mundo se encuentran Juan Ángel Napuot, de Paraguay, Rafael Esquivel, de Venezuela; Héctor Trujillo, de Guatemala; Rafael Callejas, de Honduras; Jeffrey Webb, de Islas Caimán; y José María Marín, de Brasil.

En 2014, la FIFA presentó una demanda por aparente gestión “desleal” en la elección de Rusia y Catar, cuatro años antes.

Por otro lado, mediante una conversación con el programa paraguayo de radio En Voz Alta de 1080 AM, Osvaldo Granada, representante legal de la Conmebol, confirmó que en el último congreso se dio luz verde al actual titular del ente, Alejandro Domínguez, para que prosiguiera la acusación a Leoz.

Aparentemente, existió una transferencia de dinero a las cuentas personales del dirigente. Se trata de un desvío que se acerca a la suma de 130 millones de dólares.

Según el sitio www.goal.com, Granada fue contundente y diferenció un hecho: la Conmebol no presentó una demanda ni querella penal. Realizó una denuncia.

El escándalo del FiFAgate no para. También hay empresarios argentinos envueltos en la trama que sacude al fútbol.