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  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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SENTIDO COMÚN

Consejos para el Concejo Municipal de la Llajta

Consejos para el Concejo Municipal de la Llajta
Siempre que hay cambios corren aires nuevos y la posibilidad de una renovación. Por ello, desde mi situación de ciudadana de a pie, con alguna experiencia en ese órgano deliberante, me atrevo a aconsejar algunos aspectos que, desde mi punto de vista, tienen premura de resolverse, y otros que son más de tipo estratégico, pero que, de igual forma, son necesarios para hacer una gestión eficiente.

Es cierto que la mayor responsabilidad es del Ejecutivo. Sin embargo, en el rol de fiscalización y de legislación, desde el Concejo es vital tener iniciativas y alianzas para que, por un lado, se tengan planes creativos e innovadores a largo plazo y, por otro, se frenen acciones que van en contra de la ciudadanía. Un asunto de urgencia que debe enfrentar el Gobierno Municipal de Cochabamba es el problema de la contaminación atmosférica, ya no podemos mirar impávidos ese aire negro que pesa sobre nuestra salud, sobre nuestros pulmones y sobre nuestra garganta. La principal causa de contaminación de nuestra ciudad es la excesiva cantidad de movilidades. Muchas de ellas más parecen locomotoras a carbón. El transporte utiliza solo movilidades pequeñas, han desaparecido las grandes. Parece que este sector es intocable. Es de esperar que el nuevo Presidente del Concejo demuestre lo que en su discurso afirmo: “Primero está Cochabamba”.

Otro asunto de emergencia a resolver es la contaminación de los ríos, torrenteras y lagunas. Las autoridades tienen la obligación de cerrar las descargas de alcantarillas y desagües de industrias en los lechos de los ríos y lagunas. De igual manera, es preocupante el olor de la ciudad. La principal recepción en el aeropuerto es el olor a alcantarilla. En la agenda pública está presente el gran daño que se hace con la destrucción masiva y cotidiana de los árboles de la Llajta, pues estos tienen la función de descontaminar y mejorar el clima.

A nivel estratégico, la elaboración de la Carta Orgánica debe ser prioridad, pues en ella, así como en planes a largo plazo, se debe definir cuál es el sueño de los y las cochabambinos/as para nuestra capital. ¿Queremos volver a ser la “Ciudad Jardín” donde florezca la naturaleza? ¿Queremos volver a sentirnos orgullosos de nuestro clima? ¿Queremos que nuestra ciudad se densifique y no siga creciendo, atentando a la producción agropecuaria y a las zonas de reserva ecológica y de forestación? ¿Queremos volver a disfrutar de nuestros ríos, lagunas y de nuestros bosquecillos? ¿Queremos poder circular por las calles a pie o en bicicleta, sin que el transporte sea agresivo? O, por el contrario, ¿queremos una ciudad llena de humo y de puro cemento, diseñada primordialmente para los autos, donde primen los intereses de los especuladores de la tierra y de los que se apropian del excedente del capital, donde cada cual quiere satisfacer sus deseos privados y mezquinos? ¡Seguro que no! Se quiere construir comunidad y trabajar por el bien común, dejar para nuestros hijos y nietas una ciudad sostenible, segura, justa e incluyente, donde todas y todos tengamos el derecho a vivir bien en la ciudad.