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  • Diario Digital | jueves, 25 de abril de 2024
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Bolivia y su experiencia pacifista en la ONU

Bolivia y su experiencia pacifista en la ONU
Un hito en la historia diplomática del país se registra desde el pasado 1 de junio, cuando Bolivia asumió la presidencia mensual del Consejo de Seguridad de la ONU, un puesto desde el que centrará especial atención en la resolución de los conflictos y la construcción de la paz y la seguridad internacional.

Dentro de esa prioridad destacan dos sesiones organizadas por Bolivia en junio, una sobre diplomacia preventiva y aguas transfronterizas y otra sobre el conflicto entre Israel y Palestina. La primera, que tendrá lugar el martes, estará encabezada por el presidente Evo Morales, y girará en torno al uso del multilateralismo como forma de resolver y prevenir conflictos y hacer frente a las amenazas a la seguridad global, informó la agencia EFE.

Se trata, pues, de un logro que celebramos y que mucho tiene que ver con la imagen que proyectamos como nación que rechaza los enfrentamientos armados. En una entrevista exclusiva con la periodista Elizabeth Riva que hoy publicamos, el embajador ante la ONU, Sacha Llorenti, expresa su perspectiva sobre esto: “El carácter pacifista de Bolivia, como todos los logros que ha tenido el país en esta década, hace que el país tenga una voz muy importante en el escenario internacional, y creemos que el derecho de defender esos principios de la Carta de las Naciones Unidas nos da la suficiente autoridad moral para poner los puntos sobre las íes en varios temas de la diplomacia mundial”.

Y, a quien no haya hecho un seguimiento pormenorizado de los avances de nuestra diplomacia, le puede sorprender el respaldo efectivo con el que Bolivia ha llegado al sitial internacional. “Bolivia tiene muchísimo apoyo. Solo para dar un ejemplo, el viernes Bolivia ha sido electa por aclamación en una de las vicepresidencias de la Asamblea General. Para ingresar al Consejo de Seguridad, Bolivia obtuvo 183 votos de los 193 posibles, y eso significa que casi el 95 por ciento de los miembros votaron para que Bolivia sea parte del Consejo de Seguridad. Si hacemos un parangón con el pasado, la anterior vez que Bolivia intentó ingresar al Consejo de Seguridad, en 1993 bajo la presidencia de Gonzalo Sánchez de Lozada, perdió y no ingresó, solo obtuvo 73 votos. Entonces, está claro que ahora Bolivia goza de un apoyo importante en la comunidad internacional”.

Una sesión importante convocada por Bolivia estará dedicada al conflicto en Oriente Medio, con motivo del 50 aniversario del comienzo de la ocupación israelí en los territorios palestinos, un tema al que Llorenti se refirió como "uno de los más grandes fracasos" de la organización. "La reunión no tiene como objetivo provocar ni perjudicar las conversaciones (que pueda haber entre palestinos o israelíes), sino hacer un llamado a la paz y a la reconciliación y recordar que ya han pasado 50 años (desde el comienzo de la ocupación israelí)". En la misma línea, Bolivia ha convocado un debate abierto sobre la no proliferación de armas químicas, biológicas y nucleares, el próximo 28 de junio, en el marco de la resolución 1540, cuyo comité también preside.

Es entonces el de Bolivia un camino de grandes retos. Y, por supuesto, no tendremos acá la ingenuidad de creer que podremos hacer realidad grandes cambios en el contexto global. De hecho, el mismo Llorenti es muy crítico con el Consejo, al que considera “una instancia anacrónica, antidemocrática, que no se ha reformado a fondo desde hace 70 años, que no responde al actual estado de cosas en el mundo; no responde adecuadamente a algunos de los desafíos que tiene la humanidad en estos momentos”. Acotamos que tal instancia muy poco ha podido hacer para impedir, por ejemplo, intervenciones armadas unilaterales de las grandes potencias.

Hacemos, sin embargo, votos para que nuestros diplomáticos cumplan su palabra y hagan la gestión ejemplar que prometieron, sin caer en posiciones radicales o no adecuadas. De su éxito dependerá que en años o décadas más nuestra voz vuelva a liderar el sentimiento de paz de las naciones.