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  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
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ANF ACCEDIÓ A LA DECLARACIÓN QUE DIO EL ENTONCES DIRECTOR DE RÉGIMEN INTERIOR. ILLANES FUE ASESINADO EL 25 DE AGOSTO Y DESDE SU SITUACIÓN DE SECUESTRO SEGUÍA DANDO ÓRDENES PARA SALVAR SU VIDA, TAMBIÉN ADVER

José Luis Quiroga recibió tres llamadas de auxilio del exviceministro Illanes

José Luis Quiroga recibió tres llamadas de auxilio del exviceministro Illanes


El extinto viceministro de Régimen Interior, Rodolfo Illanes, que fue asesinado por cooperativistas mineros el 25 de agosto de 2016, se comunicó vía teléfono en tres oportunidades con su entonces director de Régimen Interior, José Luis Quiroga, para pedirle auxilio e intentar dar órdenes para salvar su vida.

Esta información se desprende de la propia declaración informativa que brindó Quiroga a la Fiscalía Departamental de La Paz el 26 de agosto del 2016 y documento al que accedió la Agencia de Noticias Fides (ANF).

En la declaración, Quiroga relata sobre su presencia en la zona de Konani y Panduro, además de algunas acciones que se asumió en esa jornada y las tres ocasiones que Illanes se comunicó con él.

En ese fatídico día Quiroga tenía que reunirse con Illanes, sin embargo, ese encuentro no logró concretarse por la captura de la extinta autoridad.

Quiroga aseguró que inicialmente vio el momento en el que de una camioneta llena de mineros gritaban "éste es, éste es, impidan el paso carajo", supuestamente en referencia a Illanes. 

Después Quiroga se enteró que Illanes fue secuestrado y acudió a los comandantes de la Policía. "Mi conductor pudo dirigirse hasta nuestro vehículo que estaba estacionado entre los camiones y partió a toda velocidad, estacionándose mucho más allá, donde me esperó para que mi persona pueda abordar el vehículo y tomar contacto en Konani con los comandantes de la Policía", recordó.

A las 13:00, aproximadamente, “recibí una llamada a mi celular de parte del (entonces) viceministro, quien en persona me indicó que liberaran a los detenidos en La Paz (…) que gestione que se les devuelva dos vehículos de Potosí (…) y ordene el repliegue de los policías”, dijo Quiroga.

Asimismo, cuenta que en ese momento se le notaba a Illanes “muy afligido” y le dijo: “estoy secuestrado”. Para entonces, Illanes ya había intentado en varias ocasiones que el Gobierno retire a las fuerzas del orden.

La otra llamada recibió Quiroga un poco más tarde, cuando se encontraba en una pasarela para cruzar a Vilaque y en ese momento estaba junto al comandante departamental de la Policía, José Araníbar. “Me llamó para pedirme de que no se lanzara gases porque los mineros se estaban exaltando”, contó.

Aunque según Quiroga, luego Araníbar le dijo que no existía ninguna orden para el uso de agentes químicos y que algunos respondían con esos elementos para defenderse de los ataques de los mineros con dinamita.

“Pero en el ínterin, él (Araníbar) también recibió una llamada de parte del viceministro y dio la orden de que no se lancen más agentes químicos”, aseguró Quiroga ante la Fiscalía. Sin embargo, como no paraban los dinamitazos, siguió el uso de gases lacrimógenos.

En la tercera llamada, según el mismo relato de Quiroga (que en enero pasado asumió el cargo de Viceministro de Régimen Interior), Illanes le confirmó que “los mineros se estaban exaltando por el uso de agentes químicos” y le pidió nuevamente que no se lance más. 

A ese pedido “traté de explicar que era porque se estaban replegando y era una forma de garantizar la seguridad de los efectivos policiales ante los intentos de emboscada de los mineros”, sostuvo.

En general se conoce que Illanes hizo 135 llamadas telefónicas en esa jornada. Llamó a sus familiares, a varias autoridades de Estado, ministros y comandantes de la Policía Nacional. Las comunicaciones las hizo desde que fue tomado como rehén por los mineros cooperativistas.

Fue asesinado el 25 de agosto y de acuerdo a los informes que hasta el momento se conocen, su deceso se produjo entre las 17:30 y 18:30. Los mineros cooperativistas que estaban confrontados con el Gobierno lo torturaron a golpes hasta terminar con su vida.