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  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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DE FRENTE

Vocaciones peligrosas

Vocaciones peligrosas
Ser periodista o defensor o defensora de derechos humanos en la mayoría de los países son vocaciones peligrosas. Son actividades tenidas como una amenaza para gobiernos con claro desprecio por las reglas de la democracia, por grupos religiosos y políticos fanáticos y por organizaciones delincuenciales que en muchos casos son parte de los dos primeros.

El periodismo y la defensa de los derechos humanos, como vocaciones para salvar vidas, luchar contra las injusticias sociales, la corrupción y la intolerancia, resultan tan incómodos que cada día son más periodistas, defensoras y defensores de derechos humanos asesinados, secuestrados, desaparecidos, torturados o encarcelados.

En la región, el país que ejemplifica la peligrosidad del ejercicio de las dos vocaciones es México, donde no existen las mínimas garantías para ejercerlas. Además de los periodistas que cada semana son secuestrados y/o asesinados, un caso desgarrador es el de Miriam Rodríguez, una madre de Tamaulipas que, ante el secuestro de su hija Karen Alejandra Salinas Rodríguez, ocurrido en 2012, inició una cruzada de búsqueda y no cesó de exigir la investigación para dar con su paradero. Después de cuatro largos años de peregrinaje junto a cientos de familiares de desaparecidos/as, encontró restos del cuerpo de su hija en una fosa común.

La información acumulada con la investigación personal fue entregada a las autoridades para que aprehendan y procesen a los autores del secuestro y asesinato de su hija. Empero, una vez más, Miriam Rodríguez sentiría la connivencia del Estado con la delincuencia, toda vez que las autoridades poco hicieron para procesar a los autores intelectuales y materiales del crimen y para otorgarle protección efectiva ante las amenazas que recibía, no obstante las recomendaciones reiteradas de los organismos internacionales de protección de los derechos humanos, como los comités de la ONU y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

El 10 de mayo, cuando en México se celebra el Día de la Madre, Miriam Rodríguez fue acribillada por un comando criminal que en horas de la noche ingresó a su domicilio.

Este crimen contra una defensora de derechos humanos, al igual que aquellos que son cometidos contra mujeres y hombres que ejercen el periodismo, no tiene otro fin que demostrar el poderoso avance de la alianza de los gobiernos con la delincuencia y de intimidar a quienes aún consideran posible un mundo con justicia, igualdad, paz, equidad y respeto a la dignidad humana.